La ermita aparece solitaria y sorprendente no lejos del pueblo. De estilo cisterciense (transición del románico al gótico), sus pilares se interrumpen en ménsulas (soportes) sin llegar al suelo. Fue donada por el rey de Navarra Teobaldo II al Monasterio de Iratxe en el siglo XIII. Gazaga, un nombre más en euskera como los innumerables topónimos del pueblo que nos están diciendo a gritos que el euskera fue la lengua hablada de Dicastillo. ¿Hasta cuándo? Difícil la respuesta. Viene a significar Gazaga “sitio de agua dulce”, por estar situada la ermita cerca de la acequia que desciende desde Montejurra, acequia que tras dejar más arriba la fuente de San Veremundo con su frase lapidaria: “merece veneración y respeto esta fuente de San Veremundo”, llega a la ermita de San Pedro. Las riadas han sido famosas y constantes en el pueblo, muy temidas y peligrosas al llegar a Allo por ser éste un pueblo llano. El equipo de fútbol de Dicastillo se llamó en una época La Riada. Riadas que anegaron durante siglos los alrededores de la ermita-monasterio que ahora aparece renovada tras las recientes excavaciones que han retirado las tierras arrastradas durante siglos. Desde la Amortización de Mendizábal en el XIX, pasó la ermita a manos privadas, que se han ocupado de su mantenimiento y hoy se conserva en perfecto estado. La ermita de San Pedro de Gazaga, además del Palacio o La Real de Iratxe, es una joya más que adorna y enriquece nuestro pueblo.