Chris Froome: “Si soy sincero, me gustaría no volver a ver nunca más la ascensión de Los Machuelos”. ¿Qué interpretación se le puede dar al comentario del nº1 del pelotón mundial? ¿Que no va a correr más vueltas de España? ¿Que denuncia el abuso de los organizadores, exigiendo un esfuerzo innecesario y cruel contra el deportista honesto y sano, donde muy pocos se enriquecen y donde la mayoría del pelotón son trabajadores y como tal cobran? ¿Qué pretenden esos abusos? ¿Incrementar el dopaje? ¿Provocar tendinitis, que a su vuelta no acuda ninguna figura? ¿Por qué no piensan un poco, un poco solo?
Se darán cuenta que esta Vuelta la ha salvado la participación de Froome. Sin él, tal como se desarrolla, carece de todo interés. Sin una figura a batir el sopor está frente al televisor. En el ciclismo, como en cualquier otra competición, no hace falta endurecerlo al máximo porque los propios competidores se encargaran de apretar de cara al triunfo. El ciclismo es un deporte bellísimo tanto en las carreras en ruta con sus ascensiones espectaculares del Tour, las etapas contrarreloj por equipos e individuales. Como aficionado y socio del Club Ciclista Estella desde los años 60 del pasado siglo, lo digo con sinceridad: la etapa esa de los Machuelos me indignó tanto sufrimiento. Estas cuestas son para cabras montesas, no para personas... y cerré el televisor.