Del libro La inteligencia fracasada, de José Antonio Marina: Nietzsche dijo: “Somos un animal no fijado”. El triunfo de la felicidad personal es la felicidad. El triunfo de la inteligencia social es la justicia. Y la sabiduría es la inteligencia habilitada para la felicidad privada y para la felicidad política, es decir, para la justicia. Hans Kelsen los describió con claridad: “La búsqueda de la justicia es la eterna búsqueda de la felicidad humana. Es una felicidad que el hombre no puede buscar por sí mismo, y por ello la busca en la sociedad”. La felicidad política es una condición imprescindible para la felicidad personal. Hemos de realizar nuestros proyectos más íntimos, como el ser feliz, integrándolos en proyectos compartidos. De todo esto se desprende que: “Son inteligentes las sociedades justas. Y estúpidas las injustas. Puesto que la inteligencia tiene como meta la felicidad -privada o pública-, todo fracaso de la inteligencia entraña desdicha. La desdicha privada es el dolor. La desdicha pública es el mal, es decir, la injusticia”. Aunque Albert Einstein dijo: “Hay dos cosas que son infinitas: el universo y la estupidez humana”. Entre Einstein y Nietzsche, elijo pensar que son lo hechos de cada uno de nosotros los que determinan la especie de animal a la que pertenece: si al sabio, o al estúpido.
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