Carta al futuro
Estoy contento. Muy contento. La huelga de mujeres ha sido un éxito fantástico. Es el futuro. Ya sabemos que el futuro no existe, que es un invento humano; pero esta vez ha tomado carne y huesos en forma de mujer. Y en todo el mundo. Eso creo yo que es lo más importante. Sobre todo que han tomado conciencia de su fuerza, de su capacidad no sólo para sufrir sino para mostrar de qué son capaces cuando deciden juntarse. Es una fuerza imparable. La fuerza que necesita la raza humana. La fuerza que sin mucho ruido, despacio, como se friega un vaso delicado y se coloca una sábana, cosa que los hombres no han aprendido todavía a realizar con la destreza suya. En todo el mundo. La humanidad necesita soluciones globales y desplazar a los idiotas que mandan por el mundo como si mandar y ordenar, gobernar, fuera un juego de haber quien el más guapo o el más fuerte. Casi siempre eligen mujeres bellas para compensar. Hagamos un repaso mentalmente y enseguida nos daremos cuenta del personal que nos gobierna, joven o viejo, y es para echarse a llorar. El sistema económico necesita soluciones globales. De camino será el social. Ahí les duele a los gordos e inflados ricos. Hay que ponerlos a trabajar en la buena dirección. En Italia se canta: “Qui non lavora non fa l’amore”. Pues eso. La huelga y las manifestaciones necesitan un poco más de mala leche.