¿Dónde están las periferias del papa Francisco en la Iglesia navarra? Los Pirineos son una periferia. Expoliados durante décadas por la derecha navarra, ninguneados por la cúpula de esta iglesia, porque ningún cura elige como destino los Pirineos. La niña bonita es Iruña. No quieren venir. Las preferencias episcopales son otras. No nos quieren. Desprecian el euskera, la lengua de nuestras madres y abuelas. Ni siquiera lo estudian en el Seminario. ¡Malditos ellos! Jesús, nuestro Señor, empezó su buena nueva en Galilea, plena periferia, lejos de Jerusalem, pero los jerifaltes eclesiásticos poco caso le hacen. El papa Francisco sí. Se fue con los rohinya, marginados musulmanes. Por eso, cuando viene un cura como Patxi, sentimos que Dios nos visita. Pocos curas como él, de los de Francisco, con olor a oveja, plenamente inculturado en los Pirineos a pesar de ser de Pamplona, euskaldun y amoroso. Y ahora nos lo quitan. Que nos lo expliquen. Este modo de proceder no es evangélico. Falta diálogo y transparencia. Ordeno y mando de poderes no autorizados. No a la importación de curas, no a la colonización de la fe, no a una fe descarnada y jerárquica, no a una fe herodiana. Insumisión a los machos eclesiales. Para celebrar la eucaristía no necesitamos curas en los Pirineos, las mismas comunidades rurales pueden juntarse para leer el Evangelio y compartir la sangre de Jesús, como en las primeras comunidades cristianas. Y reciclar a muchas abuelas pirenaicas que serían extraordinarias catequistas, bastante mejor que curas advenedizos. La salida de Patxi de Orreaga es un ejemplo del más burdo clericalismo, de la oposición al pueblo de Dios y de la opacidad más absoluta. Patxi: eres uno de los nuestros. Conocerte es una bendición. Vas a ser el consuelo de Jesús en Alsasua, pueblo maltratado por la injusticia estatal.
PD. El obispo Pérez no estuvo el día 8 en Orreaga.