José Mary, te fuiste rápido, en silencio, sin apenas despedirte, cuando tenías varios proyectos que realizar. Nos impresionaba tu saber con tu sabiduría, tu mente era clara y veías lo que los demás no veíamos, tu espíritu abierto cuando recurríamos a ti en nuestras dificultades, y nos ayudabas como un amigo. Hablábamos horas, nuestras conversaciones fueron con paz, alegría, como el aire suave, como disfrutábamos. Cuando trabajabas en Conde Oliveto con Euskaltzandia te visitábamos admirando tu trabajo de Etnología, y Etnografía de Navarra que, por cierto, este año cumple 50 años. Luchabas y peleabas por tus creencias, a veces incomprendidas en algunos sectores, fuiste valiente en todos los ámbitos, no tenías miedo para decir la verdad. Leyendo la prensa sobre el Congreso que se está celebrando no he visto tu nombre. Por fin te nombraron ayer en el artículo de Ekaitz Santazilia, director de la revista Fontes Linguae. Ahora solo te falta el homenaje que bien te lo mereces. Gracias José Mary por el disfrute y gozo que os diste en la vida.