desde la semana pasada estamos empapados y no sabemos cuánto tiempo más puede durar esta casi continua lluvia. No obstante, situaciones como la actual sirven -entre otras cosas- para demostrar la importancia que la gestión del caudal del río Arga por medio del embalse de Eugui tiene a la hora de evitar problemas aguas abajo del mismo. Como ejemplo, solo decir que los 146 m³/s que el día 23 bajaban por el río Ultzama en Olave, hubieran creado muchas complicaciones en Villava -igual que en anteriores ocasiones-, a la altura de la desembocadura en el Arga, si no hubiera sido porque el embalse fue capaz de asumir la prácticamente totalidad de la cantidad de agua que le llegaba.

La cuestión es que estos frentes de lluvias han encontrado Eugui al 70% de su volumen total, lo cual ha hecho posible semejante capacidad de acogida. De hecho, en 48 horas pasó de tener un volumen de agua embalsada del 71% al 84%. Actualmente ronda de nuevo el 75%. Nos parece muy bien. Pero ¿ha sido solo cuestión de suerte? La verdad es que no lo sabemos y si es que, por fin, algo ha cambiado en cuanto a directrices emitidas al respecto desde los organismos competentes. Lo que sí es cierto es que desde Martiket-Villava y hace años, llevamos tiempo pidiendo tanto a CHE como a la MCP, Gobierno de Navarra y Ayuntamiento que se apliquen protocolos que hagan que la gestión del embalse de Eugui suponga una ayuda para disminuir, y no acrecentar, los daños que tan frecuentemente las riadas causan.

Queremos creer y esperamos no equivocarnos, que algo ha empezado a cambiar en dicha gestión y que por fin se tiene en cuenta que el uso del embalse no debe limitarse -que también- a garantizar el agua de boca, sino que además de eso y sin menoscabo alguno a dicha utilidad es factible el que controlando su llenado y alivio de manera racional y estudiada, se consiga mantener esa capacidad de absorción el máximo tiempo posible.

Nuestra petición es que este embalse se mantenga hasta las segundas quincenas de junio sin superar nunca el 75% de su capacidad (16 Hm³), pues solo así es posible que en situaciones cada vez más “normales” como la ocurrida en la última gran riada del 9 y 10 de junio de 2013, el embalse pueda acoger precipitaciones como las que en aquellos días se dieron, y que le “pillaron” al 90%, una cifra exageradamente alta teniendo en cuenta que su capacidad útil es del 95%. En aquella ocasión Eugui no pudo asumir lo que le llegaba y hubo momentos en que estuvo dando salida a más cantidad de agua que la que le entraba. Vamos, que se comportó como todo lo contrario a lo que, entendemos, debería.

No obstante, reconocemos que en aquella ocasión aun contando con un Eugui al 75% no se hubieran evitado todos los daños que se produjeron, pero sí que se hubieran disminuido de manera muy importante al haberse podido retrasar la labor de desembalse. Y es que cualquier disminución en el caudal, por pequeño que parezca, significa un menor nivel y afectación de la riada. Y valga como argumento de lo anterior, la objetiva realidad siguiente: está demostrado que el caudal de un río puede ejercer un importante efecto de retención sobre el caudal de otro río con el que se encuentre; este efecto lógicamente es más notable en las desembocaduras. Y este es el caso del río Arga y el Ultzama en Villava.

Una vez tras otra resulta tremendamente clarificador comprobar la sobreelevación de la lámina de agua que padece el Ultzama cuanto mayor es el caudal que arrastre el Arga, en las cercanías al punto donde ambos ríos se encuentran. Como decía al principio, el pasado día 23 el Ultzama llegó a arrastrar hasta 146 m³/s. en Olave (en Villava serían varios m³/s. más), mientras el Arga pasaba por Huarte con 65 m³/s.; sin embargo, el nivel máximo alcanzado por el Ultzama en Martiket-Villava fue de casi un metro menos que el alcanzado el 15 de abril de 2018 con caudales simultáneos de 142 m³/s en Olave y de 137 m³/s en Huarte. Por lo tanto, si hablamos de caudales en estos dos ríos, capaces de crear riesgo de inundación, podemos concluir que: teniendo un mismo caudal en el Ultzama y simultáneamente un doble caudal en el Arga, se produce un aumento muy considerable del nivel del río Ultzama que afecta paulatinamente a este desde su desembocadura hasta la presa natural de la Trinidad de Arre.

Espero pues que sirva todo lo dicho para concienciar y animar a quienes pueden y deben trabajar en conseguir que las medidas preventivas y de disminución de daños causados por inundaciones, sean cada vez más eficaces, y que se apliquen ajustándose además a lo que el conocimiento actual y la lógica racional imponen.

Otros aspectos que influyen en el aumento del perjuicio que las inundaciones causan en Villava, son la existencia de presas, azudes y el -al parecer- sempiterno puente de San Andrés. Pero hablar de todo eso lo dejo para otra ocasión.

El autor es vecino de Martiket (Villava)