UPN declaraba en un tuit a finales de febrero que el gobierno de Barkos pretendía “más competencias para Navarra” con objeto de “romper España”. Ignorando por ahora lo que piensa la presidenta, no entiendo los objetivos del partido referente de Navarra: el autogobierno local, garantizado a través de una Ley de Amejoramiento que sus fundadores, entre otros, impulsaron, no ha pretendido otra cosa que devolver a Nafarroa las competencias que le correspondían como Reino, en justicia con lo que en 1841 se le arrebató. Asimismo, el reciente entorpecimiento de las transferencias a Euskadi por parte del PP, Cs y UPN desde el Senado rompe en el caso de este último con otro compromiso fundacional, en tanto que uno de los precursores de su ideología, Jaime I. del Burgo, hizo campaña en el 77 aseverando que no se le podían imponer a Navarra intromisiones de otras CCAA. UPN se salta esta vez sus principios y entorpece el traspaso de competencias a una comunidad vecina, bajo pretexto de que se rompe el país. Deduzco pues que el partido invierte así su estrategia para ganar a un electorado que se le escapa al PP, Cs y Vox, y que piensa antes en España que en Nafarroa, obviando la foralidad y sometiendo los intereses de esta última a la óptica de Madrid, como en su día denunciaba el señor Aizpún, precisamente en contra, decía, de los planteamientos abertzales. Si aquella estrategia va a pasar a la historia, ¿para qué existe UPN?