Desde hace un tiempo me pregunto cuál es mi espacio y el de mis hermanas, mujeres con discapacidad. Empezando por el principio, hay algo que aún no se ha entendido, y es qué significa el patriarcado para nosotras y en qué nos afecta. Me sorprende que todavía haya personas que me pregunten qué diferencias de opresión tenemos con respecto a otras mujeres, otras, aunque ven obvia la múltiple discriminación que sufrimos prefieren no hablarlo por tratarse de un “tema delicado”.

Cada vez más me doy cuenta de que el sistema de opresión del patriarcado es precisamente ese, tratarnos como personas delicadas cuando hay que evadir el tema, teniéndonos en cuenta más como objetos del sistema que como verdaderas sujetas activas en la toma de decisiones.

Y a nosotras ya nos va sobrando empoderamiento para resurgir, salir a la calle y tomarlas, eso sí, mujeres con discapacidad con oportunidades por todas aquellas que hoy día la pobreza o el escalón de la salida de su edificio no les permite salir de casa.

Pues bien, ya estamos preparadas y atentas a la señal de salida, y en frente, no a nuestro lado, tenemos la sociedad, la justicia, las instituciones y los gobiernos frenando nuestros pasos, esterilizándonos, prohibiéndonos el derecho al voto, coartando la libertad de elegir ginecólogo, frustrando nuestras expectativas como madres o infantilizando nuestra capacidad sexual y afectiva.

Pero no nos van a destruir las ganas de avanzar, queremos feminismo, queremos avanzar en igualdad de condiciones que nuestros compañeros con discapacidad, y queremos seguir la senda de nuestras hermanas y primas feministas sin discapacidad, pero con autonomía, determinación y sororidad.

Nuestro camino no será dependiente, será autónomo, ya estamos en ello, algunas ya hemos roto algunos escalones de cristal y seremos muchas más las que con nuestra lucha diaria venceremos al patriarcado.

Nuestros referentes de lucha, mujeres con discapacidad feministas nos abrieron el camino a esta Cuarta Ola del feminismo.

Este 8-M reivindicamos como cada año la igualdad de oportunidades, de acción y de reivindicación. De forma positiva, como sujetas activas de derechos, con plena capacidad de reconocernos como personas quiero para mí y mis hermanas más justicia social, más autonomía y más feminismo en el mundo.

“Pensaron que yo era surrealista, pero no lo fui. Nunca pinté mis sueños, sólo pinté mi propia realidad”. Frida Khalo.