El patriarcado mata, el machismo mata, compartir un vídeo privado con actividad erótica de una mujer sin el consentimiento de ésta es un acto ilegal que mata. Es lo que le ha ocurrido a Verónica, trabajadora de Iveco, que no ha podido soportar la presión patriarcal que se genera al hacerse público un vídeo íntimo en el que aparecía ella y que había grabado para una pareja suya anterior.

El efecto social de la publicación de un vídeo privado y sexual es diferente para un hombre que para una mujer. El patriarcado se encarga de hacer sentir diferente a uno y otro sexo ante la misma situación. A ellas les supone humillación, desprestigio, pérdida de valor, imagen de suciedad, ridículo y sufrimiento. A ellos orgullo, prestigio y valor. Este ambiente de desigualdad establecido en nuestra sociedad es el que ha llevado al suicidio a Verónica.

Me pregunto si esas personas que dedican sus fuerzas a luchar contra el feminismo se dan cuenta de que los objetivos de este movimiento son buscar la igualdad entre los sexos para situaciones como ésta. Me pregunto si las personas que compartieron el vídeo pensaron en el sufrimiento de su compañera de trabajo. Me pregunto si quienes pasaban a verle en su puesto con morbosa curiosidad pensaron por un momento en ponerse en su lugar antes de lanzar sus miradas acosadoras. Me pregunto si las personas que visionaron y comentaron el vídeo pensaron en la humillación que sentiría su colega.

Seguramente no, no lo hicieron, simplemente se dejaron llevar por ese ambiente injusto que crea el patriarcado alrededor del erotismo y el placer, y que se encarga de dañar la imagen de la mujer que participa y ensalzar la del hombre.

Las nuevas tecnologías ya llevan tiempo influyendo en las relaciones amorosas para bien y para mal. Es cierto que quizá todas necesitemos de cierta formación para usarlas evitando hacer daño a otras personas, pero hay una regla muy sencilla que no falla ya sean nuevos o viejos los métodos usados, la igualdad. La igualdad entre los sexos, ese mensaje que el feminismo lleva lanzando desde sus orígenes pero que no consigue asentarse en una mayoría social. Es por eso que necesitamos más educación sexual para todas las edades, y no me refiero a una educación sobre el follar, sino a una educación sobre lo que supone ser seres sexuados, es decir con sexo, y lo que esto salpica todas nuestras vivencias, incluyendo las eróticas.

Sexólogo de sexoguay.com