Se va a cumplir un mes de la riada del Cidacos que el 8 de julio asoló nuestros pueblos de la Zona Media. En Olite/Erriberri, en Tafalla, en la Valdorba, en Beire o Pitillas llevamos desde entonces días y días de intenso trabajo. De labores de retirada de toneladas de barro y escombros, primero. De visitas de los técnicos del Consorcio de seguros para evaluar cientos de casas, almacenes, comercios y vehículos que se fueron al traste con aquella maldita avenida que volvió loco a nuestro pequeño río.

Son muchas las personas afectadas, muchas las pérdidas materiales y morales. Tampoco sabemos si los desembolsos extraordinarios que los ayuntamientos hemos hecho comprometerán la economía local en esta legislatura. Los proyectos que teníamos penden ahora de un hilo. Todo este torrente de emociones y preocupaciones nos cayó encima cuando nuestras jóvenes corporaciones apenas llevaban 24 días en el cargo. Entramos de la peor manera y tratamos, con mucho empeño, de enderezarlo.

Y en mitad de este oscuro ciclón, de sus negros nubarrones, también nos llegan estos días rayos de solidaridad que, al menos desde la Alcaldía de Olite/Erriberri no podemos soslayar. Son un goteo los municipios, grandes y pequeños, navarros y de comunidades vecinas, que a través de sus plenos acuerdan donaciones económicas para paliar los efectos de aquel maldito día. Algunos incluso invitan a la ciudadanía a que aporten ayudas de forma particular y facilitan las cuentas de los bancos donde se recaudan. No hay palabras de agradecimiento para estos gestos. Sois la moral que nos empuja a afrontar esta dificultad en la mejor compañía. Sin vosotros, Olite-Erriberri y Tafalla, la flor de Navarra, marchitaría. Vuestro calor solidario reconforta mucho, sabedlo. Nos sentimos menos solos. Desde el corazón, gracias pueblos hermanos. Mila esker denoi bihotz bihotzez.