La insolidaridad de los países de la Unión Europea no se presenta de repente, en la superficie, cuando situaciones dramáticas como la del barco de refugiados de Libia recogidos por la ONG Open Arms no han tenido hasta los últimos días donde arribar por falta de acuerdo de los países que integran la Unión Europea. Y los que siguen y seguirán llegando en una serie incesante de huida de sus países de origen. Entretanto los integrantes de la Unión Europea no llegan a un acuerdo, por insolidaridad, miedo o por no perder sus cotas de bienestar, para apoyar a esas pobres gentes huidas de sus países por problemas muy graves. Habría que remontarse a las movidas de la década de los 70 cuando muchas manifestaciones populares pedían ceder el 0,7% del PIB a los países en vías de desarrollo, para ayudar a resolver los problemas en sus propios países. Pero esos niveles de la asistencia al desarrollo han ido descendiendo progresivamente durante los últimos cincuenta años, en parte motivada por la crisis financiera de 2008 y siguientes.

Otra pregunta que me hago es: ¿por qué los países colonizadores no se ocupan de sus antiguas colonias, ya que muchas de ellas no han sabido salir adelante por falta de inversión en sus países tras la marcha de los colonos y han quedado en manos de tiranos que, sin escrúpulos, se han aprovechado de sus recursos naturales para negociar y embolsarse cuantiosas fortunas fuera del país. Me remito, sin ir más lejos, a Venezuela de donde han emigrado más de cuatro millones de ciudadanos o en el caso de Nicaragua: ¿qué quedó en pie de la revolución sandinista?

¿No sería mejor que los países que fueron colonizados por otros recibieran de sus antiguos patronos la ayuda en forma de inversiones que creen empleo en industrias o en agricultura, y no en dinero líquido que siempre va a parar a los bolsillos de sus corruptos gobernantes y no al pueblo?