Ya ha sonado la campana y los aspirantes a políticos/as están preparando sus máster para intentar el salto al Congreso y al Senado. Los que ya tenemos más de 70 años, y con todo lo visto hasta ahora, mucho nos tememos que no vaya a cambiar nada y que seguiremos engordando a los diputados/as y senadores/as para que no hagan nada por mejorar la vida de los más desfavorecidos, que, sin equivocarme, somos unos 20 millones de personas, contando a 3 millones de parados, 3 millones de pobres, 3 millones en el umbral de la pobreza, 3 millones de obreros en precario y casi 9 millones de pensionistas y jubilados. Esta descripción detallada es muy posible que engorde próximamente porque las previsiones y los resultados de las elecciones van a ser más de lo mismo. Durante el Gobierno del PP, con Rajoy al frente, ya salieron algunos diputados y senadores que hacían negocios en otros países y también algunos ministros y cargos adjuntos tenían cuentas protegidas en paraísos fiscales. Y no me olvido de los sueldos vitalicios y cesantías que se conceden a expresidentes, ministros, diputados y senadores.

En algunos medios nos dicen que España es el país de los y las políticas (450.000), mientras que en Alemania y otros países del entorno no pasan de 50.000. Claro está que todos cobran por su trabajo, pero los currantes de a pie también cobramos, pero, claro, los diputados y senadores 7/8.000 euros mes y los demás no pasamos de 1.200/ 1.500 euros mes. Pero, y para terminar, lo más triste es que hasta hoy no se han preocupado de solucionar el trabajo precario, los desahucios, la ley mordaza, el medio ambiente, la brecha salarial entre hombres y mujeres, y así un montonazo de necesidades básicas. Sigo pensando que la alta política es un buen negocio personal.