Estos días pasados tenemos revolucionado al exalcalde de Aoiz porque un miembro del partido del Gobierno ha definido como facha a su portavoz, Iñaki Iriarte, solo por asistir a una comida con lo más granado del franquismo navarro.

Facha es un término recogido por la RAE como forma despectiva y coloquial, de definir o insultar, a una persona de ideología reaccionaria, talante autoritario, normalmente de derechas, y proviene del término fascista, acuñado por Mussolini, muy parecido al nazismo alemán o el franquismo español.

El siguiente párrafo no lo ha escrito Millán Astray, fundador de la Legión, y prototipo de facha de libro, ni Martínez el facha, personaje de la revista El jueves, sino el no facha de Iñaki, en un periódico local, un día antes de las últimas elecciones, en el que no había frente de guerra, sino la proximidad de la más exquisita expresión democrática.

“Este domingo tenemos la oportunidad de restaurar la línea del frente. Después, sea cual sea el resultado, llegará el momento de presentar todas aquellas batallas que, por miedo o por desidia, no dimos en su momento. Convencernos de que podemos recuperar a cuantos se dejaron cautivar por las fantasías y el odio. Si no lo hacemos, cualquier victoria que obtengamos será insuficiente y el fortín caerá”.

Podría haber seguido con Prietas las filas, recias marciales o montañas nevadas, banderas al viento. Pero ya estaban registradas en el 36

Cada uno sacará sus conclusiones sobre cómo se puede definir al personaje. Para mí es una pena que personas a las que la sociedad les dio la oportunidad de manejar el pincel se empeñen en utilizar la brocha gorda.