El jueves 19 de diciembre se aprobó una moción in voce para recortar uno de los artículos (el 23) de la Ley de Residuos que habla sobre los envases de un solo uso.

En dicha moción se plantea retrasar su puesta en marcha para hacerlo al mismo ritmo que marca la Directiva Europea e introducir algunos otros productos más.

Parece de risa que con el reciente fracaso de la COP25, donde los compromisos no han sido suficientes a los ojos del mundo social y científico, nos traigan ahora una nueva rebaja, y tras ir cacareando de lo mucho que Navarra hace para evitar el cambio climático (que sí hace, pero que no es suficiente).

La Ley de Residuos de Navarra es una de las más avanzadas por ser una de las últimas en el Estado y por la participación social que impulsó dichos cambios. La ley se hizo tras un proceso de participación pública y se dotó de una comisión de seguimiento para evaluar su cumplimiento y mejora. Pero ahora, saltándonos a dicha comisión y todo el proceso de participación quieren aprobar una regresión por la puerta de atrás. ¿Para qué sirve la participación pública? ¿Para qué se creó la comisión de seguimiento?

La Directiva Europea plantea que sería deseable realizar los cambios al mismo ritmo, pero nadie nos garantiza que no haya países que veten esta futura entrada en vigor. Por otra parte, el Estado español tiene hasta julio de 2021 para su transposición. Un tema tan importante como el de los residuos y como el de los plásticos en el mar, en nuestros cuerpos, etcétera, ¿y tenemos que esperar año y medio más? Y si el Estado no lo transpone en ese tiempo como ha hecho con otras directivas, ¿seguimos esperando?

El problema no debería ser acompasarnos al ritmo europeo, sino preocuparnos porque la Ley de Residuos cumpla con los objetivos previstos al final de su periodo de vigencia, en 2027 y en las etapas intermedias, y como no nos pongamos las pilas volveremos a tener otra Ley de Residuos que no se cumple.

La ley lo dice muy claro, hay que aumentar la recuperación de materia orgánica (mediante compost de clase A decimos las organizaciones ecologistas), hay que reducir al 30% el vertido, hay que mejorar en cantidad y calidad la reutilización y el reciclaje y tenemos que reducir la producción de residuos. Estos objetivos son realizables pero exigen esfuerzo y ponerse manos a la obra ya.

La Ley de Residuos ha planteado 3 figuras que, bien implementadas, podrían ayudar a cumplir dichos objetivos. El canon de vertido es uno de ellos, pero se decidió que el año que viene sea solo de 20 ?/Tm, menos que lo que cuesta comportar la materia orgánica, cuando en algunas regiones y países de Europa llega a superar los 70.

Otra de las figuras es el pago por generación, esto es, pagar por los residuos que generamos, igual que pagamos la luz o el agua.

La implantación de un sistema de Depósito, Devolución y Retorno era otra de las herramientas para recuperar envases de más calidad y para iniciar la vuelta a los envases reutilizables.

Como vemos, un canon insuficiente y un pago por generación y un SDDR voluntarios, y en cambio nos permitimos retrasar la fecha de los envases de un sólo uso. ¿Por que no implantamos el SDDR y damos un plazo de un año y medio para que todas las mancomunidades estén obligadas a cobrarnos los residuos que producimos? ¿Y por qué no subimos el canon de vertido al menos a 40? para disuadir de enterrar la materia orgánica?

Estamos a la espera de que se presente un borrador de normativa de residuos en eventos públicos. Esperamos que no se retrase su presentación y que recoja el espíritu de la ley. No es de recibo que sigan usándose vasos de un solo uso en nuestras fiestas o que Osasuna regale miles de botellas de agua cuando hace calor, porque sí hay alternativas.

Ademas, debemos reconocer los esfuerzos realizados por distintas entidades en los últimos años para poner a disposición de la ciudadanía vasos y vajilla reutilizables.

Por todo esto y por el planeta creemos que hay que mejorar la Ley de Residuos y no empeorarla con retrasos.