Un grupo compuesto por quince personas de todas las edades compone y crea cada año un Belén en Cascante en 50 metros cuadrados que cuenta con más de 300 figuras, muchas de ellos en movimiento, que toda la localidad espera con verdadera ansiedad y como otra de las tradiciones de estas fechas que se instala en la Basílica de la Virgen del Romero.
Su éxito es de tal calibre que hace solo tres años se colocaban 180 figuras en una superficie de 45 metros cuadrados, unas cifras que hoy en día ya se han quedado pequeñas.
El grupo de cascantinos, que piensa, diseña y monta en un escenario que aunque parece siempre el mismo, nunca lo es, trabaja de forma incansable pasando frío y disfrutando de los nuevos proyectos que salen, de las anécdotas y recuerdos de las personas que lo visitan. “Hay que estar muy atentos y atentas a lo que va surgiendo, para así empezar a pensar en qué es lo que podemos hacer el año siguiente para que siga enganchado la parte más bonita de este Belén, la vida de Cascante y sus gentes”, explican.
En esta reproducción del Belén del año 0 no solo se puede ver corcho y figuras, sino también olivos bonsái del campo de Cascante, musgo y plantas que decoran rincones llenos de luz, agua que corre y salpica, y hace girar la rueda del molino, tan importante en la agricultura de la época. Movimiento y sonidos que quedan suavizados y acompañados por los villancicos de fondo que suenan de manera muy agradable. Villancicos que según nos cuentan también tienen su propia historia “los aparatos modernos inician la misma pista a cada pulsación del interruptor del Belén, por ello, un antiguo radiocasete de coche, con una cinta que tiene ya más de 30 años, acompaña de manera melódica la visita”.
En el centro, en un majestuoso tronco natural cogido de los campos ya hace casi un cuarto de siglo, la escena principal, la Virgen y San José con el niño, la mula y el buey. Y ya, con mucha tranquilidad se han de ir descubriendo las distintas escenas, la anunciación con su ángel en los cielos, los pastores en el campo laborando, el castillo de Herodes con sus soldados, José carpintero, la pareja buscando posada (con una virgen embarazada que llegó a Cascante desde Jerusalén), y un sinfín de escenas que este año destacan por una nueva y muy significativa, el antiguo abrevadero y lavadero del pueblo. En los días que lleva abierto al público muchas son las historias y recuerdos surgidos referentes a este edificio ya desaparecido.
Todo el pueblo y parte de los vecinos y vecinas de La Ribera se acercan estos días a disfrutar un año más de este Belén que gracias a las aportaciones de cascantinos y cascantinas, de visitantes y del propio Ayuntamiento de la localidad, cada año es referente en los meses de diciembre y enero. El de este año cuenta con medio metro más en la primera planta o parte más baja, llevando el resto de pisos hacia atrás. “No podemos coger más espacio” comenta en el grupo, “ya no hay más que abarcar”.
Aunque está abierto al público desde el miércoles 3 de diciembre, la inauguración oficial fue el pasado domingo día 7, tras la misa de la parroquia. Se bendijo el Belén y los niños Jesús de los belenes de los vecinos y vecinas del pueblo.
Los protagonistas
En total son unos 50 metros cuadrados de superficie, distribuidos en distintas alturas para que todo quede a la vista frontal de quien lo visita, este emblemático Belén consta de unas 300 figuras, de las cuales unas 25 son de movimiento y con unas 5 escenas de agua. Estén Belén ribero recoge la cultura y el hacer de antaño de la localidad, sus oficios y sus costumbres, sus gentes y sobre todo sus pequeñas historias que cuentan las artífices de este gran montaje de escenas llenas de luces y sombras y preciosos recuerdos que no dejan indiferentes a los visitantes. Figuras como la zaranda, o el trillo, o las comportas de vino,… son motivo de conversaciones entre mayores y jóvenes, conversaciones que principalmente son recuerdos de familia, de vida, de juegos,… conversaciones que mueven la parte más emocional de las personas que año tras año, suben la empedrada cuesta para disfrutar de este Belén.
El grupo está compuesto por quince personas de distintas edades e inquietudes, que son Enzo Gorrindo Miramón, Daniela Soto Poyo, M.Ángeles Gorrindo Guerra, Lola Romano Royo, María Jesús Romeo Gómara, Flora Alonso Gómara, Silvia Ruiz Ruiz, José Antonio Gómez Calvo, Loli Calvo Orta, Lucía Calvo Orta, María Úcar Calvo, Mario Clemente Miramón, Alicia Donlo Hernández, Mari luz Camberos Duro y Yolanda Gómez García.
Las figuras en movimiento son carpintero, serradores, hombre herrando al caballo, hombre en el fuelle de la herrería, hombre con bueyes arando, hombre del huerto, segador del trigo, caballo con trillo, vareador del olivo, borrico en el trujal, borrico con hombre montado, cabras, pisando uvas, columpio de árbol, columpio de tilín-talán, niños jugando al corro, mujer cerniendo harina, hombre amasando pan, churrera, castañera, hombre anunciando mercado, alfarero, pescador, lavandera, mujeres sacudiendo sábanas, mujer echando de comer a las gallinas y esquilador.
Por otra parte, el agua se encuentra en la fuente de la plaza del pueblo, la Fuente del lavadero, el abrevadero del lavadero, el lavadero antiguo, el río con su cascada y su lago y la rueda del río, que no tiene motor, porque se mueve por la inercia del agua del río.