Como estoy mucho en casa me he tragado, a mi pesar, la investidura de Pedro Sánchez. De todas formas, me alegro sinceramente porque lo que nos venía encima era de aúpa. Mensajes violentos como que los niños de madres solteras son conejos y que las madres que abortan por deseo propio tienen que ser condenadas por los tribunales de Justicia me asustan.

La Santa Madre Iglesia interviene una vez más para joder la manta. En el caso de que en el parto esté en peligro tanto la vida de la madre como la del bebé debe tener prioridad el bebé, porque el niño es necesario y la madre pasa a ser una figura decorativa, como si una madre pudiera ser sustituida. Me sigo asustando. Cuando fue nombrado nuestro actual obispo de Pamplona nos regaló la siguiente flor: “Hay niños que son hijos del pecado”. Sin embargo, Jesucristo dijo: “Dejad que los niños se acerquen a mí”.

Me toca hablar de Adolfo Suárez. Sigo sin entenderle. Cuando da la espalda a mis amigos de Bildu y se adorna colocando una supuesta pistola en la cabeza recordando los asesinatos de ETA. La derecha no quiere olvidarse de ETA, para ellos ETA sigue cotizando en bolsa. Le quiero recordar a Adolfo Suárez que cuando Tejero entró en el Congreso de los Diputados la vida de su padre corrió mucho peligro y no le quedó más remedio que dimitir ante la amenaza de los militares, que no les gustó desde el principio que su padre fuese presidente del Gobierno.

Tus compañeros del PP jamás defendieron a tu padre y jamás condenaron la violenta intervención del dichoso Tejero, por lo tanto quiero recordarte que tus amigos del PP no eran amigos de tu padre. En definitiva, Adolfo Suárez, a ver si te enteras de que el peligro para tu padre fue Tejero. Feliz año 2020 y que el niño Dios nos bendiga. Una buena noticia, los niños pobres también reciben juguetes.