Mejor que me ocurrió en este mundo fue aprender a leer. Y fue aprender a leer lo que puso en marcha la maquinaria de aprender a pensar... y no dejar de pensar y pensar y pensar. Porque es pensando como se crece y uno sólo crece cuando piensa... Y no hay mejor ejercicio, ni mejor alimento, ni mejor regalo, ni mayor placer, que pensar; fruto de aprender a leer... ¡Ay!, aquéllas maravillosas asignaturas obligatorias... Y se para de pensar y se para de vivir, cuando se para de leer... Y son las lecturas que has tenido y tienes las que te adjudican oficios que te ordenan en la sociedad... O no. Pero, te muevas como te muevas, centras pensamiento y observación inevitablemente a cuanto te rodea; personajes, noticias, vidas... Y si sabemos que todo tiene comienzo y final, pareciera que la estancia en esta Tierra se aproximase a su fecha de caducidad viendo cómo se desarrollan las patéticas sesiones parlamentarias de sus señorías. Cómo pueden desatenderse despectivamente, gravísimos asuntos con escalofriantes cifras de muertos, infectados, cierre de empresas y millones de parados de españoles en sólo ¡4 meses! Cómo puede ser que la Presidencia de Gobierno a las muy severas y concretas preguntas de la oposición, toda su respuesta sea la preocupación por el cambio climático y la retirada de medallas franquistas y hasta la mención de Billy el Niño (qué burla), qué falta de moral y qué falta de respeto a muertos y vivos. ¿Nos gobiernan locos? ¿La Tierra anuncia su fin? Pues si esto es el pleno, despertemos y preparémonos señores, y dejemos a estos falsos padres de la patria en su querida Mátrix, abonando campos con todas sus bilis para el tan deseado cambio climático con el que nos martillean, porque nada tienen que ver estos mandatarios con el resto de ciudadanos, solo se representan a ellos. Siempre supimos que estábamos de paso por estos lares, ¿no? Pues venga a nosotros tu reino.