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El deber

El deber y no pagar, cantaban los cosacos del Kazán, en Katiuska, obra del genial compositor Pablo Sorozábal. La deuda pública de España se dice que es de un billón trescientos mil millones, de euros. Que si bien nos parece una barbaridad, la deuda de Japón es de diecisiete mil cincuenta y siete billones de yenes, que en euros no me atrevo a calcular, pero que es el país que más debe del mundo. Esta noticia no deja de sorprender, ya que quien más quien menos piensa que un país tan trabajador, donde una huelga la hacen trabajando un día más, cómo es posible que tenga semejante deuda. Lo que más sorprende de estas deudas es saber quién es el acreedor, es decir a quién se le debe tanto dinero. En el antiguo sistema contable, teníamos el Debe y El Haber, y el genial Cantinflas, hacia la reflexión: de luego debe haber y no hay. En España, solamente el interés anual de la deuda es prácticamente al PIB y no sabemos si lo estamos pagando o acumulando a la deuda. Nos consuela una reciente noticia, que decía que posiblemente sean condonadas todas las deudas, las públicas, claro.