os más pequeños han perdido en 6 meses todos los apoyos que esta sociedad debería tener para ellos. Ni profesores, ni padres, ni instituciones, están luchando como se merecieran los que en un futuro serán el pilar de esta sociedad. Se les niega el derecho a una educación normal, digna, en la que puedan ver a sus amigos, en la que puedan cruzarse con un compañero de otra clase y saludarse con normalidad, achucharse, enrabiarse, quererse, abrazarse.

Vamos a tener niños en las aulas a 1,5 m, en sus grupos estanque, donde no interactuarán con nadie más, a niños monitorizados por personal no sanitario que está demostrando preocuparse más por su propio miedo que por la supuesta vocación y la defensa a la educación digna de la que siempre han hecho gala. Vamos a tener a niños con mascarilla durante 6, 7, 8 horas o todo el día, niños sanos. Vamos a tener un encargado, no sanitario, que decidirá si el niño o niña tiene síntomas que pudieran ser los del covid, y lo aislará en una habitación solo hasta que vengan los padres a por él. Si en el mejor de los casos la persona encargada de este cometido no tiene miedo, permanecerá en la escuela y los alumnos más tiempo en ella, si por el contrario, es una persona con miedo, no tendrán espacios suficientes en la escuela para tantos alumnos con mocos. Y después con ello, si el encargado ha decidido que el niño o niña puede tener covid, ese niño tiene que hacerse una PCR y comunicar el resultado al centro. Pobres niños que van constipados, que son alérgicos, que tienen mocos desde octubre hasta marzo, ¿cada semana les van a estar metiendo un palo de 20 cms. por la nariz?

¿Basándonos en qué permitimos estas atrocidades? ¿Basándonos en qué hemos cedido el total control sobre los más pequeños? ¿Qué información nos ha hecho falta para aplaudir y pedir medidas más seguras y restrictivas? ¿Sabemos cuántos muertos ha habido? ¿Sabemos qué letalidad tiene el virus y en qué franjas de edad? ¿Sabemos si son una arma bacteriológica que solo con mirarte te contagian?

Desde un inicio lo que hemos hecho con los más pequeños ha sido encerrarlos y privarles de todo, las medidas más duras, más restrictivas, con ellos. Mientras tanto los perros necesitaban dar su paseo, los perros no huelen y chupan todo, no traen microbios y bacterias a casa, y cuando entran les puedes quitar los zapatos, la ropa y desinfectarlos. Mientras, no les dejamos acercarse y tocarse en el colegio, y nosotros estando en las terrazas tomando cervecitas y tapas, sin mascarillas por supuesto. No es de recibo. No es justo.

Nos ha hecho falta muy poca información, y muy difusa, para ceder el derecho sobre nuestros pequeños y negarles una educación digna, les negamos sin números, sin evidencias, los abrazos, las relaciones, y aún pedimos que sean más duras las medidas.

Para los más pequeños: os hemos fallado, profesores, padres e instituciones.