Un caso entre más de cuarenta millones. Esa es la cifra de fallecidos por reinfección del covid-19 de la que se tiene constancia desde que la cosa comenzó. Se trata de una señora holandesa de 96 años enferma también de cáncer. El número de reinfectados de los que se tiene constancia, en general con una afección de carácter más leve que la primera, a día de hoy no llega al centenar en todo el mundo.¿Se puede, a la vista de estas cifras, justificar que la Orden Foral 54/2020 de 11 de octubre ordenase el confinamiento general de los ingresados en las residencias de mayores?Cierto que no sabemos cuánto dura la inmunidad, pero para eso están los test. ¿Se puede gobernar impidiendo el ejercicio de derechos básicos argumentando lo que no se sabe, o bien se debe hacer a partir de lo que sí se sabe? Y sí se sabe el enorme daño que se causa a nuestros mayores con el confinamiento.Tengo muchas dudas de que esa orden foral sea constitucional. De lo que no tengo ninguna duda es de que es injusta, muy injusta. Y cruel.