Digo peligro de contagio en la vuelta del Castillo porque es el parque por el que paseo a diario, pero hago extensible el peligro a todos los parques y paseos públicos donde coincidamos paseantes y practicantes de footing.Esta pandemia del coronavirus nos ha cogido a todos desprevenidos y faltos de conocimientos para combatirla, pero, poco a poco, cada día sabemos más de su forma de extenderse y tomamos precauciones para defendernos de las vías de contagios. Una de las primeras evidencias que se tuvo de su forma de expandirse fue la vía aérea, es decir, por las gotas que exhalamos al respirar, toser, estornudar, etcétera, que caen al suelo por su propio peso y, por ello, desde el comienzo de la covid-19, primero se aconsejó y luego se obligó al uso de las mascarillas, así como a mantener una distancia de metro y medio o dos metros entre personas en espacios abiertos o cerrados.El uso de las mascarillas se impuso a todos los ciudadanos, con algunas excepciones: personas con problemas respiratorios, contraindicaciones por motivos de salud debidamente justificados, incompatibilidades con su uso (por ejemplo comer), etcétera, y se consideró también incompatible con la práctica del deporte, circunstancia a la que se acogen los que corren por los parques y paseos públicos.Posteriormente se ha descubierto que, además de las gotitas, digamos gordas que caen al suelo, también desprendemos en forma de aerosoles microgotas que no caen al suelo, permanecen en al aire mucho tiempo y se pueden desplazar varios metros según la fuerza con que se expulsen. A nadie se le escapa que los que practican footing, por el esfuerzo físico que realizan, respiran con más fuerza, y por consiguiente lanzan a más distancia estas microgotas, aumentando ampliamente el área de contagio y, en consecuencia, el peligro para los paseantes y viandantes que coincidimos con ellos por los parques y paseos urbanos de las ciudades y pueblos.No me sirve que, por el elevado ritmo cardiaco que alcanzan al correr, el uso de la mascarilla les produzca sensación de ahogo. No pueden exponernos a los demás al contagio. El que quiera correr sin mascarilla que vaya a lugares sin tránsito peatonal o de paseantes. Por ejemplo, hablando de Pamplona, a la subida al monte Ezkaba o al Perdón.¡¡Nadie sin mascarilla por parques y paseos públicos!!