Si la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado, en plena pandemia gravísima y a la espera también de los fondos europeos, ocasiona en algunos barones y en exministros del PSOE tales males mayores por el apoyo de los grupos de ERC y Bildu, creo que no es que no estén a la altura, sino que no han salido de la caverna aunque sea para que les dé el sol de la esperanza, del progreso y de que otra forma de hacer política es posible. Estos barones, como Fernández Vara, Emiliano García Page, José Luis Corcuera, Lambán (Aragón) y el propio Alfonso Guerra deberían, como poco, estar contentos porque esos Presupuestos ambiciosos puedan salir adelante y ayudar a que nadie se quede atrás. No se puede estar anclado en el pasado, los socialistas no son conservadores y los políticos no están para siempre. Los políticos son elegidos para representar al pueblo soberano, para garantizar la democracia, para eliminar políticas regresivas y represoras y para conseguir más justicia social y más igualdad de oportunidades. Felipe González y su vicepresidente Guerra estuvieron gobernando 14 años (1982/1996) y resulta que el balance ha sido muy negativo en todo, eliminaron líneas de FFCC a manta con Enrique Barón de ministro, no hicieron nada con el Sahara, tampoco con la monarquía y lo que sí hicieron es crear el GAL y montar más pollo del que ya había con la banda terrorista, inauguraron el AVE entre Madrid y Sevilla, que sigue siendo deficitario y muy poquito más.Tantas pretensiones, tantas promesas, total, para que nuestra España siga en los últimos puestos de la UE, con la monarquía corrupta presuntamente, con el concierto Estado-Iglesia y con un retraso en lo social y en lo económico con respecto a otros países de nuestro entorno de, al menos, 20 años. Señores barones y expresidentes, sean más solidarios, más progresistas y más vehementes porque con el rencor y con el odio no se puede vivir y dejar vivir y si no lo pueden aguantar, ¡vayánse a casa!