Soy una mujer afectada de fibromialgia y de otras enfermedades que están relacionadas con los huesos. Todas las afectadas, y hablo en femenino porque somos mayoría, estamos muy limitadas en nuestras funciones, sufrimos dolores de cabeza, musculares, calambres, agotamiento físico, entumecimiento de manos, síndrome temporomandibular, estreñimiento, diarreas, dolor vaginal, endometriosis, cistitis, manos frías, sensación de calor y de frío, problemas de sueño, sensibilidad química múltiple...En esta época de pandemia lo estamos sufriendo de una manera especial, porque no podemos hacer una vida normal, aumentando los dolores y nuestro malestar psíquico. Somos incomprendidas por la sociedad, la familia y, sobre todo, por muchos médicos que no creen en la enfermedad, y los que creen te derivan a otros centros que no corresponden. Nos deberían mandar al neurólogo porque, según algunos especialistas, es problema del sistema nervioso central. Nos atiborran de pastillas que para la fibromialgia no hacen nada. Muchas personas afectadas tienen verdaderos problemas para recibir una incapacidad laboral porque les hacen muchas pruebas y las personas salen realmente mal, con la moral por los suelos porque les mandan a trabajar estando incapacitados para realizarlo.Estamos ninguneadas, manipuladas y, en muchos casos, maltratadas por este problema. A las grandes firmas comerciales farmacéuticas no les interesa investigar porque somos negocio para ellas. Tenemos que sufrir callando las consecuencias, pero basta ya de aguantar.