Extraños tiempos estos en los que la sinrazón, el despropósito, la insolidaridad y la confrontación prevalecen sobre la sensata gestión. Así Trump, Johnson, Bolsonaro, Salvini, Ayuso… son, para muchos, referentes a seguir en el siglo XXI. Estos líderes de la escuela trumpista destacan por acusar de ilegítimos a los demás y ser los únicos patriotas que comprenden a su pueblo. Sus irresponsables formas de dirigir, ese victimismo, ese alborotador negarse a lo que la mayoría acuerda, esa institucionalización de la manipulación y la mentira, ese continuo romper las más elementales reglas, ese pervertir la democracia, lo utilizan para presentarse como la única alternativa que resiste ante un sistema que se conjura contra ellos y los ciudadanos y, por eso, afirman que el poder les pertenece.Es asombroso que este malintencionado y retorcido modo de hacer política refuerce su imagen ante sus partidarios y ante quienes se cautivan con tan fraudulento discurso. ¿Cómo puede admirarse a alguien así?