Qué bello es dar gracias y sentir que nuestro agradecimiento llega a quien va dirigido. Qué bonito es ser agradecido, porque eso significa que alguien en algún lugar y situación piensa o ha pensado en ti, y ese alguien a su vez se mostrará dichoso por hacerte feliz.Cuando agradeces algo a alguien de modo sincero, te abres a esa persona, te vuelves vulnerable en cierta forma porque dejas ver algo que te importa, pero además te haces valiente porque muestras parte de tus sentimientos. Cuando ese agradecimiento es leal, puro, sin compromiso, expresado sin esperar nada a cambio, sin ofrecerlo por interés y siendo honesto, te llena por dentro, te hace recapacitar y te deja un poso de paz y bienestar. Porque el tiempo que dedicamos a agradecer es tiempo valioso que suma a nuestro favor por ser capaces de distinguir a aquellos que nos hacen diferentes.Yo quiero agradecer a quien me hace mejor, a quien me escucha, a quien me acompaña, a quien me ayuda a perseverar, a quien me enseña el camino, a quien me corrige cuando me equivoco o a quien, sin más, está donde sé que lo puedo encontrar. Siempre estaré agradecido a quienes me dieron la oportunidad de vivir y me enseñaron que podía ser lo que quisiera ser. Quiero agradecer a quienes tienden puentes de cooperación, a quienes cuidan mi salud, a quienes velan por mi seguridad, a quienes me cuentan historias, a quienes me atienden en el día a día y a quien me enseña que la vida es un sendero que merece la pena recorrer.Hay personas que nos rodean que son diferentes, que tienen ese algo especial que las hace únicas. Esas personas que todos conocemos, pueden ser amigos, amigas, parejas, hermanos, hermanas, padres, madres, abuelos, abuelas, compañeros, compañeras, o simplemente desconocidos que representan un escaparate en el que podemos asomarnos y estar agradecidos porque nos dejan acompañarlos y aprender de ellas. Sin embargo, hoy no quiero reconocer nada a quienes intentan manipular, a quienes se aprovechan de los demás para beneficio propio, a quienes hacen daño por el mero hecho de hacerlo. No quiero corresponder nada a quienes crean climas de tensión, a quienes buscan la confrontación o a quienes sabotean el trabajo y el esfuerzo de los demás. Tampoco quiero agradecer nada a los que abusan de sus funciones, de sus capacidades de mando o de sus privilegios.En definitiva, solo quiero recordar lo importante que es dar las gracias a los nuestros, a nuestra gente, a quienes queremos, a quienes nos enseñan que vivir es algo más que estar aquí y a quienes nos enseñan que decidir es sinónimo de crecer.Gracias a todos por estar ahí.