na vez más y ya hemos perdido la cuenta de las veces que relatamos el mismo hecho (tenemos la sensación de predicar en desierto), porque nadie, y nos referimos a las Administraciones Públicas responsables tanto de la infraestructura del canal como las de Medio Ambiente, se dé por aludida y ponga soluciones a nuestro entender sencillas. O que ya que son incapaces de solucionarlo (suponemos porque no les importa que se ahoguen unos cuantos animales) autorice a terceros interesados a poner las soluciones, en este caso concreto, nos referimos a los cazadores de Tafalla.

Los ahogamientos de corzos que inexorablemente se suceden de forma periódica en el término de Tafalla y en concreto en el tramo de Tafalla a San Martín de Unx y especialmente en la rampa de acceso al canal sita en la margen izquierda en la proximidad al Porrillo del Aire no tienen más que un motivo, la rampa por la que los corzos llegan al agua para saciar su sed es una trampa mortal, pues está construida con un cemento tan pulido que cuando el animal pone las patas en el agua resbalan a causa de la patina deslizante creada por el agua y ese mismo piso deslizante les impide salir de su trampa mortal, a no ser que un tercero los saque, como ha sucedido en varias ocasiones. Lo contrario, horas de tormento y angustia para un animal, que el agotamiento de horas luchando contra una salvación imposible acaba con su vida.

Si esto es notorio y público, ¿por qué no se han puesto soluciones? No se nos hable de costes y cuestiones así. ¿Cuánto hubiese costado en su momento haber realizado la rampa, con menos pendiente o con un suelo rugoso o antideslizante? Nada, pero para eso es necesario prever el problema y tener ganas de solucionarlo. Que nadie nos cuente que el personal encargado del proyecto no sabía que esto pasa en muchos canales o que la administración responsable no se percató de ese problema, la cuestión en inicio no fue de costes sino de voluntad, eso ahora no tiene solución, pero estamos a tiempo de pedir las responsabilidades a quien debió prever y no previno o cuando menos de solucionar este despropósito. ¿Cuánto costaría hoy hacer las catas suficientes en las rampas para facilitar el agarre de las pezuñas de los corzos o jabalíes y evitar el problema? Creemos que no mucho y el problema quedaría solucionado.

O más simple, ¿cuánto costaría clavar unos cuadrados de madera en el suelo de la rampa para que sirviesen de apoyo a los animales y les diese una base sólida y segura desde donde proyectar su cuerpo y salir del atolladero? Entendemos que poco y con ello evitaríamos la mortandad, que solo en el tramo que nos estamos refiriendo, en lo que va de año ha causado más de diez muertos, los dos últimos la semana pasada. Solo pedimos soluciones y si ustedes no van a darlas por falta de interés político, por lo menos, no impidan a otros que lo hagan.

No quiero ni pensar las graves consecuencias para cualquier bienintencionado que pretenda suplir su incompetencia. La ecología no consiste la mayor de las veces en prohibir por prohibir, algo a lo que por desgracia ya estamos acostumbrados, sino en poner soluciones prácticas que faciliten la vida a la fauna silvestre porque no se trata de publicar un meritorio salvamento realizado por la autoridad obligada a preservar el medio ambiente (nosotros hemos sacado varios sin tanta publicidad y no tenemos sus obligaciones) sino de poner solución al problema que causa esas muertes.

Y repetimos, si ustedes no van a hacer nada, no impidan que nosotros lo hagamos, pero autorícenos, no sea que los bienintencionados acabemos sancionados o entre rejas por meternos donde no nos llaman.