En estos días en los que desde ciertos sectores de la izquierda se ponen en duda los derechos de las personas trans, me gustaría recordar las palabras de Iván Garde, activista pionero en favor de las personas trans en Navarra, impulsor principal de la Ley Foral 12/2009, de Reconocimiento de las Personas Transexuales:“Recuerdo que en los 90 las primeras mujeres transexuales que conocí venían a tomar café a la gasolinera donde trabajaba porque no les dejaban entrar en ningún otro sitio. Vivían de noche, porque no se atrevían a hacerlo de día; tenían muchísimo miedo. No se les dejaba entrar en tiendas, hoteles, etcétera. En Pamplona les permitían alojarse en una pensión (pensión Marrano o Marceliano... lo llevaba una persona mayor). Tenían que soportar ataques incluso en sus familias. La prostitución era la única salida laboral. Solían tener problemas de adicción. Hoy, la mayoría de aquellas mujeres han muerto. En cuanto a los hombres trans, ni existíamos [con ironía]”.Por suerte, todo ha cambiado a mejor (gracias, en primer lugar, a aquellas pioneras): las niñas, niños, niñes trans cuentan muchas veces con el apoyo de sus familias, centros escolares y con el de asociaciones como Naizen, Euforia, Chrysallis... Esperemos que todo vaya a mejor y no haya involuciones.