Es inadmisible lo que estamos viendo estos días en torno al evento de hípica que UPN (perdón, Navarra Suma) quiere imponernos a todos y todas las pamplonesas este verano. Pamelas y fracks en los fosos de la Ciudadela para mayor gloria de una clase dirigente que milita en UPN y que quiere gastar fondos públicos para promocionar su deporte y, de paso, sus chiringuitos. ¡Eso sí, cobrándonos entrada para verles! Vamos, la vuelta a los tiempos del cortijo de Sanz y Barcina. Esperemos que los socialistas no se presten esta vez a darle carta de naturaleza porque, de hacerlo, volverán a ser corresponsables de los desmanes que pudieran darse.Pero esta carta no tiene tanto que ver con el evento de marras, como con uno de los personajes que está detrás. Hablamos de Juan José Echeverría, concejal delegado (por tanto, con sueldo completo) de Urbanismo en el Ayuntamiento de Pamplona y, a la sazón, responsable (vocal) de doma clásica en la Federación Navarra de Hípica. ¡Qué casualidad, la misma federación que impulsa este evento!Pero, como digo, no quiero hablar del Gran Premio Hípico Las Murallas (¿así lo llaman?), sino del susodicho personaje. A raíz de las informaciones aparecidas estos días nos ha picado la curiosidad por saber un poco más de Echeverría, nuestro edil de Urbanismo, al que sólo recordábamos por el bochornoso episodio de la pasada legislatura en el que, entonces desde la oposición, comparaba los planes de expansión de carriles bici en Pamplona con las imposiciones del régimen norcoreano y de su líder, al que bautizó como Chin-pon-chi.Pues bien, hemos entrado en la página web del Ayuntamiento de Pamplona en la que, en teoría, deben aparecer las declaraciones de bienes de todos los miembros de la Corporación. Y, efectivamente, ahí están, pero llama poderosamente la atención un hecho: de los 27 corporativos que hoy en día nos representan, sólo Juan José Echeverría declara no tener ni un solo euro en cuentas bancarias. Algo raro, ¿no? Me pregunto, y más teniendo en cuenta que hablamos de alguien con aficiones aparentemente tan caras como la equitación. Pero es que si además tenemos en cuenta que en el mismo soporte (insistimos en que cualquiera puede verlo en la web municipal) el edil sí declara tener deudas (algo más de 29.000 euros), la pregunta es evidente: ¿con qué las paga?Nosotras somos de pueblo, pero el silogismo es evidente. Una de dos: o el Ayuntamiento no está sufragando la nómina a este señor y su banco está a punto de desahuciarle, o la declaración de este señor está incompleta y el Ayuntamiento lo está pasando por alto. Lo primero sería digno de lástima (propondríamos hasta una colecta para salvarle), pero lo segundo atufa a podredumbre que no veas. Por tanto, y a través de estas líneas sólo queremos pedir a quien corresponda que subsane esta circunstancia o, en su caso, a los grupos de la oposición, que lo reclamen. Que todos nuestros ediles sean iguales parecería lo justo, ¿no?