n las anteriores elecciones municipales, Maite Esporrín corría a hacerse una foto con comerciantes de Pamplona, dando a entender que estaba a favor del comercio local, de barrio, de cercanía.

El actual alcalde, Enrique Maya, usaba su negativa a la amabilizacion para justificar la mala situación del comercio local, de barrio, de cercanía.

Una vez pasadas las elecciones, llegan las actuaciones y lo primero es la aprobación de varios macrocentros comerciales, uno totalmente descabellado en Azpilagaña sur.

El alcalde de nuestra ciudad demostró la empatía, el cariño y el respeto a sus contribuyentes cuando en una radio soltó lo que su subconsciente le dictaba, luego llegó el pedir perdón, lo de que es muy campechano (ya hemos visto a nivel nacional lo que los campechanos pueden hacer) y todo olvidado, pues no, el Ayuntamiento debe saber que esas declaraciones son motivo de dimisión, sobre todo porque, acompañadas de las actuaciones siguientes, demuestran una discriminación y un desamparo total al comercio local.

Un megacentro comercial donde sindicatos ya han elegido oficina para trasladarse, luego llamarán a los comercios, como en 2014, para ofrecer llevar la actividad de asociaciones a cambio de la gestión de los cursos de formación, todo muy higiénico.

Un megacentro comercial (el tamaño será como dos campos de fútbol) que destrozará no solo el comercio de barrio en Pamplona, destrozará el comercio local de pueblos, villas y ciudades navarras. Hará un daño irreparable al ya maltrecho comercio de cercanía.

El Gobierno de Navarra, a través de su departamento de Turismo y Comercio, no se pronuncia, solo se preocupa de fomentar la imagen de Navarra para el turismo, mientras tanto el comercio se desangra, se muere, dentro de poco tendrán pueblos desiertos por falta de vida diaria, la vida que aportan los comercios abiertos, comercios que no han recibido ninguna ayuda en todo el tiempo que llevamos de pandemia, pero que no han dejado de pagar impuestos contribuyendo así al funcionamiento de la comunidad foral.

Apoyar semejante atrocidad es contribuir al cierre de muchísimos comercios, mandar al paro a muchísimas personas en un momento muy delicado, pues ya hace unos meses, en un estudio presentado por asociaciones de comercio navarro, se avisaba del cierre de comercios y pérdida de puestos de trabajo escalofriantes.

Está en juego nuestro futuro como sociedad, está en juego el futuro de nuestros hijos, pues necesitaran lugares para poder trabajar y ganar un sueldo, si todos seguimos los pensamientos interiorizados del alcalde, acabaremos siendo insostenibles.

Por estas razones que aquí intento trasmitir, abogo para que la propia sociedad rechace la actitud de los grupos del Ayuntamiento que aprueban esta atrocidad.

El comercio local da vida, luchemos por mantenerlo, seamos verdes, seamos sostenibles.

El autor es autónomo y comerciante navarro