Solo le ha faltado esa coletilla a la carta que envía la empresa Elortzibar Servicios Deportivos a los usuarios que se quejan... Y de qué se quejan, diréis. Pues a groso modo de lo siguiente:Para poneros en situación Elortzibar Servicios Deportivos es una empresa creada por el Ayuntamiento de Noáin-Valle de Elorz para gestionar el uso de las instalaciones deportivas y que, previo pago, ofertan actividades a sus ciudadanos. Existe una modalidad que es el “abono anual”, por el que los usuarios pagan los doce meses del año.Pues bien, resulta que durante los meses de julio y agosto deciden cerrar la piscina cubierta, pero lo que no han decidido es dejar de cobrarla, y a mi cabeza viene un pensamiento... “Hay que tener un hocico de gran tamaño para engañar así desde un Ayuntamiento a sus ciudadanos”, que además de sus impuestos, pagan el abono anual incluidos los meses de julio y agosto. Se escudan en que “hay que hacer vaciado de piscina una vez al año”. Y digo yo, sin ser un erudito en la materia, que contando con un jacuzzi de reducidas dimensiones y una piscina de 25x12,5 metros, algo menos de dos meses necesitarán para esta tarea. Ellos mismos ven que no es suficiente este argumento y se ven obligados a seguir dando explicaciones como... “Históricamente la piscina climatizada ha estado cerrada durante julio y agosto”. Yo ahí leo... “Señora, si ya le hemos hecho esta faena otras veces, ¿de qué se queja esta vez? Y lejos de conformarse con estas tan justificadas explicaciones, aún dejan otra frase estrella que dice... “A esto hay que unir la difícil situación económica que estamos soportando por culpa del covid-19”. No sé vosotros, pero yo ahí leo... “Señora, si es tan amable, ¿puede usted subvencionarme las instalaciones sin recibir el servicio por el que ha pagado? Es que el covid-19 nos hecho mucha pupa...”. ¿Y a quién no? ¿Alguien ha cobrado algo que no era suyo por la difícil situación económica que estamos soportando por culpa del covid-19? No me lo digáis, ya sé la respuesta. Con esto lo único que quiero es empatizar públicamente con la personas que se sienten estafadas por esta situación, aunque después de todo se me siga quedando cara de tonto.