La lupa es otro de esos inventos asombrosos por simple y nos enseña a entender y saber eso que venimos en llamar virtual, porque lo que ves aumentado no existe, es una ilusión, es virtual. Está, pero no existe. Y además es el camino abierto a la locura del microscopio electrónico; lo mismo, pero al revés: al telescopio; el nanómetro, el vidrio, el cristal, el cristal líquido; y si alguna vez quieres volverte loco de belleza, vete a Murano. La locura del cristal líquido, agujero eterno de la belleza plástica. La humilde lupa nos abre camino a todas estas cosas, a todos estos mundos, que nada más de pensarlos se te pone la carne de gallina.Ya os he contado que tuve un amigo ciego y le enseñé Londres. Él me enseñó a vivir, el sometimiento a la realidad y la rebeldía de espíritu. Nunca pudo ver físicamente estas maravillas de la naturaleza y del intelecto humano, pero estoy seguro de que su imaginación era más potente que cualquier microscopio electrónico o cristal de Murano. Cuando le explicaba cualquier pieza de museo me decía con sorna: "ya lo veo". Ahora se diría que era un crack. La vida está hecha de recuerdos hermosos.