No sé cómo empezar a escribir esta carta. Desde que empecé a escuchar los ancianos que fallecían en Madrid y que los medios televisivos y escritos decían a cada momento que era por esta temible pandemia, pensé que si sería por el virus. Pasaban días y se oyó que el consejero de Sanidad (creo que era socialista) mandó a las residencias una circular donde se decía: si un anciano se pone enfermo sin especificar de qué, pues no los lleven a los hospitales, están abarrotados. Vamos a ver de qué han fallecidos esos ancianos, que podían ser nuestros padres o nosotros mismos. Supongo que si se ponían enfermos no sería del covid. Los han dejado morir.

Leo en la carta del señor Miguel Ortiz, donde dice que a la derecha ni se le toca, pero añado, y a la izquierda tampoco, por eso son alternancia, que la jueza ha archivado las querellas, y como estoy muy cabreada por este tema, digo voy a escribir al diario a ver si esta vez me la publican. Porque, oigan, arrieros somos y, ya sabe, en el camino nos encontraremos con estos temas sociales que nos afectan mucho. Y aquí no se mueve nadie, hay miedo a salir a la calle por aquella ley (mordaza) que la puso un señor del PP y que la alternancia que ahora gobiernan no la quitan. La luz por las nubes, se cobra menos, sin libertad por la pandemia, ¿hasta cuándo? Nos decían que la solución al covid era la vacunación y la inmunidad de rebaño y estamos en la 5ª ola, y antes de que estemos todos vacunados ya han firmado contratos con las farmacéuticas para comprar más vacunas. Aquí está pasando algo raro que no llegamos a entender del todo. Aprieto mis dientes porque me gustaría creer en alguien que diga la verdad.