El caso es que por muchas leyes necesarias que se aprueben y se pongan en funcionamiento, resultan insuficientes para frenar la catástrofe climática. Lo explica Peio Oria en una de las mesas de debate de la última sesión del Foro Hiria sobre cómo se enfrenta Navarra al cambio climático. Es preciso, claro y terrible a la vez. A los pocos minutos de escucharlo sientes que te han dado una hostia mental de las buenas, de las duras, de las que cuesta encajar. Habla de cosas que pueden pasar en un futuro cercano, pero también de otras que están ocurriendo ahora, ayer, hoy, aquí y allá. Esta semana, por ejemplo, nos vamos a achicharrar aunque, en comparación con otros episodios o acontecimientos, no es tan grave. La cosa está realmente jodida. Es por eso que las leyes no alcanzan. Es importante y necesario que se aprueben, que se pongan en marcha, que se desarrollen y se cumplan, pero al parecer nada de esto es suficiente. Aunque tampoco vale caer en la inacción, cuidado. Hay que hacer más. Cambiar nuestro modo de vida, frenar el consumo, renunciar a ciertos privilegios. Las posibles soluciones no son nada fáciles, vamos. Nadie sabe cómo vamos a salir de esto, si es que salimos. Pero lo que me ha quedado claro es que nos merecemos estas hostias de tanto en tanto.
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