La legislación sobre la que se sostienen las competencias de los profesionales sanitarios en nuestro país data de 2003, año en el que se publica la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS). Desde entonces, y para beneficio de todos los pacientes y usuarios, el sistema sanitario ha evolucionado mucho y, paralelamente, las profesiones sanitarias han ido desarrollándose a través de una formación cada vez más sólida y moderna, adaptada a esta evolución natural del sistema. Desde el Colegio de Enfermería de Navarra vemos imprescindible que esta evolución vaya acompañada del correspondiente marco legislativo que permita a los profesionales sanitarios centrarse en aquello para lo que aporta un valor añadido. Esta adecuación, contribuirá, por un lado, a incrementar la eficiencia del sistema sanitario, al permitir que cada profesional desarrolle sus máximas competencias; y, por otro lado, a contar con profesionales más satisfechos con su propio desarrollo y su práctica asistencial.

Sin embargo, esta adecuación legislativa debe ir acorde con la formación de cada profesional. La seguridad y la calidad de la atención a los pacientes nunca debe ponerse en riesgo ni ser motivo de confusión. Por eso es necesario clarificar las competencias profesionales que corresponden a los diferentes niveles de formación asociados a las diferentes profesiones sanitarias, desde los niveles de formación profesional más básicos hasta los niveles universitarios de mayor cualificación.

En este sentido, el trabajo desempeñado por las/los Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) es tan fundamental como el de otros profesionales sanitarios, y en la mayoría de los casos es desempeñado con un alto nivel de competencia y dedicación al paciente. Ahora bien, en la exposición inaugurada esta semana en el Hospital Universitario de Navarra (HUN) por parte del SAE, sindicato que representa a los/las TCAE, y a la que acudieron la consejera, el gerente y la directora de Cuidados del HUN, se traslada una realidad que dista mucho del verdadero trabajo que los/las TCAE realizan en su actividad profesional. Nos parece muy preocupante y peligroso trasladar este tipo de mensajes a pacientes y usuarios, ya que solo contribuyen a generar confusión sobre las verdaderas competencias que tienen cada uno de los profesionales que intervienen en su atención y cuidado.

Como ejemplo de lo mostrado en la exposición, no se puede afirmar que una TCAE es responsable de la administración de la medicación al paciente porque la administración de la medicación es un proceso que requiere un conocimiento farmacológico que permita verificar que son correctos el medicamento a administrar, su dosis, su vía de administración, o su indicación al paciente concreto, por poner un ejemplo. Y sólo tras estas verificaciones podemos acercarnos al paciente, verificar con él los datos, cotejar alergias, explicarle los efectos y finalmente administrarlo. Por supuesto que las TCAE son profesionales que colaboran en la administración, pero no confundamos una parte del proceso con el proceso completo; y, sobre todo, no confundamos a la población ni la expongamos a riesgos no asumibles.

Por ello, desde el Colegio de Enfermería de Navarra no podemos sino pedir al sindicato SAE que, por responsabilidad, ponga punto final a estos mensajes que confunden a la población, y a las autoridades sanitarias que no alienten mensajes de esta naturaleza y se desmarquen de este tipo de acciones.

La autora es presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Navarra