No al periódico sino al concepto. En los tiempos que corren, donde la ultraderecha está tomando demasiada fuerza, sobre todo donde nació la democracia. Es una palabra militar. La avanzadilla. Los pintores y otros la utilizaron para romper el orden establecido, lo antiguo. Distintos materiales, distintas perspectivas, recortes de papel pegados. Se rompió la academia, el orden, la autoridad, la decencia y todo lo que mandan los cánones de los quieren tener todo controlado son mando único en plaza; como la Iglesia, la Monarquía y el Ejército, cosas que adora la derecha y los suyos: los políticos de la pasta, los curas y los fachas. Pero serán lo que quieras, pero tontos no. Y encontraron la forma de manejar lo que les estorbaba e hicieron que el arte se convirtiera en negocio; y eso sí lo manejan y dominan muy bien. Afortunadamente hay otras vanguardias sociales, pero eso es otro cantar. Estas las dominan con las armas, ejército, periódicos, libros, púlpitos y medios de comunicación, la tele y la radio. Y en esas estamos, a ver quién puede más. Pero los ciudadanos, aunque tenemos menos medios materiales, podemos pensar, juntarnos y decidir. Aquí esta el secreto. A espabilar.