Gora San Fermín Se están rompiendo nuestras ficciones, pienso después de ver el partido de tenis de Alcaraz contra Sinner. Hacía tiempo que no veía tenis. Algo se está interponiendo entre las personas y el deporte, esa ficción tan bonita. Yo miraba mucho fútbol y tenis, pero algo me fue quitando las ganas. Supongo que el deporte como espectáculo de masas se ha convertido en un artefacto idóneo para el mercado y eso desdibuja en cierto modo el hechizo de esa ficción. La vuelve inerte, la despoja de sentido y de encanto. En ocasiones, ponerle precio a las cosas hace que las mismas pierdan valor. Y eso ocurre con el deporte moderno. Basta ver cualquier partido o competición de hoy en día. Esos juegos de danzas corporales, de movimientos precisos, de agilidad y coordinación, esas estrategias mentales que permiten resolver situaciones concretas para conseguir un objetivo, son flipantes como capacidades humanas, sí, pero la mercantilización le quita verdad y magia. Es una pena. Esto ocurre cada vez más. También con las fiestas, ojo. Ninguna de las personas que vimos el partido queremos saber nada de los sanfermines. También esa ficción se nos ha roto. Demasiada gente, demasiado ruido, demasiadas barras, demasiado miedo pasaremos las mujeres. Pero no solo se rompen las ficciones, me temo, se rompe algo más. Algo como ciertas formas de certezas, pequeñas verdades, valores, respeto, confianza. Por mucho que ganen unas y pierdan otros, la victoria se la llevan quienes destruyen con sus negocios nuestras ilusiones. Gora San Fermín.