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¿Tiene futuro el valle del Salazar?

¿Tiene futuro el valle del Salazar?Marian Zozaya

La economía del valle de Salazar se ha basado en las últimas décadas en la conocida dieta alpina, cuyos ingredientes principales eran el turismo alpino, la explotación agropecuaria y forestal y la industria agroalimentaria. La venta de patata de siembra en la década de los 90 aunado con las explotaciones ganaderas contribuyó al incremento de la población estable del valle hasta rondar los 2.500 habitantes en 1975 pero tras su declive asistimos a una progresiva disminución de su población hasta los cerca de 1.300 habitantes de la actualidad.

Sin embargo, en la última década, asistimos al empadronamiento en los pueblos del valle de una generación de jóvenes emprendedores que han provocado el resurgir de la industria agroalimentaria en la zona de lo que serían paradigma la apertura de tres empresas dedicadas a la fabricación de queso amén de otras explotaciones dedicadas a la venta de productos derivados del cerdo, cordero, potro y ternera ecológicos. La venta directa al consumidor o en "circuitos cortos" supone pues una oportunidad para el impulso de esta forma de comercialización, que pretende evitar los aumentos de precio a causa de los intermediarios. Asimismo, dada la actual coyuntura de emergencia energética y que la producción de astillas de madera es más barata que la de pellets, no sería descartable la instalación de nuevas plantas de biomasa de astillas en el Pirineo que utilizarán la madera de aprovechamientos forestales en población próximas para fomentar la economía circular, minimizar la huella de carbono y optimizar la cadena de valor.

Así, el Gobierno de Navarra estaría estudiando la instalación de una nueva planta de Biomasa de astillas en el polígono de Iciz (Salazar) para aprovechar las sinergias de las explotaciones forestales en los valles de Salazar, Aezkoa y Roncal donde se habrían incrementado exponencialmente las talas de madera de pino debido a una subida de precios que rondaría el 170 %, con la consiguiente creación de puestos de trabajo fijos que posibilitarán el crecimiento demográfico del valle de Salazar.

Sin embargo, dicho crecimiento estaría lastrado por la escasez de vivienda ocupacional en el valle de Salazar, problema que se agravaría en pueblos como Otsagabia en el que la oferta de vivienda de alquiler es inexistente por lo que se antoja urgente la implicación del Gobierno de Navarra a través de Nasuvinsa para impulsar la creación de viviendas de alquiler en las antiguas escuelas que podría paliar la acuciante escasez de viviendas. Igualmente, es perentoria la implicación del Departamento de Educación en la construcción de un Centro de Bachiller para el Modelo D en Lumbier que aglutinaría a estudiantes de Sangüesa, Aoiz, Lumbier, Salazar y Roncal y que evitaría el éxodo a Pamplona de una juventud que siente la necesidad de recoger el testigo de la supervivencia del valle, encarnado en la iniciativa popular Bizirik Gaude.