Lo que empezó siendo una taquicardia derivó en la casi desaparición de la válvula mitral. Me costaba respirar y después de dos quejas a la atención del paciente, tras una ecocardiografía me derivaron como preferente a cirugía cardiovascular. Tenía cita con el anestesista el 18 de julio y el día 1 de julio, viernes, recibo una llamada comunicándome que me operan el día 4, lunes, y que debo ingresar el domingo día 3. 

Sin tiempo para respirar, creí conveniente hablar con mis hijos y comunicarles mis intenciones con relación a mi posible deceso: seguro de entierro, inhumación en el panteón familiar con ikurriña encima del féretro y, por último, el Eusko Gudariak, por supuesto ausencia total de cualquier acto religioso.

Creo que no estaba excesivamente negativa con respecto a mi posible desaparición de la vida pero, según me contaron, al despertar me salió un Bizirik nago... que aclaró cualquier duda sobre mi estado de ánimo.

Estaba en la UVI del pabellón C llena de tubos, monitores inmovilizada y creo que sin dolor. Esa primera noche la recuerdo como una pesadilla; enfrente de mí había un reloj grande que marcaba todos los minutos que estuve despierta. Mucha sed...

Seis días estuve aquí con los mimos y atenciones de todo el personal de este pabellón: aseo, masajes, curas, conversaciones y risas que también tuvieron sus momentos como cuando creía ver el pájaro loco en dibujos animados y colores. Quiero destacar la categoría profesional y personal de todas las personas, pero hago especial mención a José María García, quien en momentos de bajón me aclaraba las dudas y me hacía reír. Mila esker!!!

Me pasaron al pabellón D de la 3ª planta, y con la cabeza más despejada pude comprobar no solamente la calidad de todas las personas, su profesionalidad, la delicadeza en el trato y sobre todo la importancia de la sanidad pública que difícilmente hubiera podido pagar siendo privada. Mi agradecimiento también a todas las personas del pabellón D.

Y como de bien nacidas es ser agradecidas, me acerco a mi centro de salud del 2º Ensanche para agradecer y abrazar a mi médica Elisa, a mi enfermera Lola y a su ayudante, y hago extensivo el agradecimiento al conjunto del personal sanitario. En estos momentos progreso adecuadamente, creo, y os beso cariñosamente familia y amigas y amigos. Muaa!!!