A pesar de la normativa en vigor de la DGT sobre patinetes eléctricos, en Pamplona circulan con total impunidad sobre aceras, zonas peatonales y pasos de peatones. Basta darse un paseo por cualquier zona para arriesgarse a ser atropellado por uno de estos vehículos silenciosos que aparecen por detrás sin ser vistos por los peatones. Además, es frecuente que sus usuarios vayan utilizando el teléfono móvil, lleven auriculares musicales o transporten a otra persona, muchas veces niños. 

Si con las bicicletas parece que se ha tirado por hacer la vista gorda, llegando a una situación, como con los botellones, muy difícil de reconducir, es de desear que con los patinetes, que tienen una normativa mucho más clara y específica, no se llegue a la misma situación. Sería bastante fácil si la autoridad competente, en este caso la Policía Municipal, viese el problema caminando por la ciudad, y no desde sus vehículos pasando de largo.

Quizás habría que poner junto a esos absurdos letreros sobre agresiones sexistas que proliferan en las entradas de pueblos y ciudades y que no sirven para nada, otro que diga “Atención: En esta ciudad hay más riesgo de ser atropellado por patinetes o bicicletas, circulando sin control, que por otros vehículos”. Último año: 18 fallecidos en accidentes de patinetes.