Zelenski teme que Occidente afloje, que no le acompañe hasta el final en su empeño militar, que su vital ayuda con el tiempo vaya mermando. El popular presidente ucraniano no esconde que desea ir a por la "victoria total", sin embargo, a estas alturas, tras tanta sangre, destrucción y muerte, no podemos sino empezar a preguntarnos, ¿qué será eso de la "victoria total"? ¿Son kilómetros cuadrados que cambian de bandera o familias que retornan ya a sus hogares, ciudades que recuperan sus ritmos, pizarras que se vuelven a llenar de letras torcidas y garabatos, hospitales sacados de la tiniebla que comienzan a operar de nuevo sin equipo de petróleo ?

¿La "victoria total" es completar el mapa con azul y amarillo o mortales misiles detenidos en su rampa ya caliente, campanarios que se mantendrán erguidos hacia los cielos, escuelas que no tornarán escombros, sobre todo, vidas que continuarán latiendo ?

La "victoria total" bien pudieran ser cielos de exclusivas nubes y aves, miradas recuperadas de la nada y la desesperación, otoños, sobre todo futuros de nuevo caminados en paz, mañanas de prados y porvenir que no de socavones, herrumbre y cascotes. Quizás la "victoria total" sea más un tema del corazón, de los significados que izamos en sus montes y valles, en sus collados e incluso umbría.

Hay por ejemplo una suerte de rojo y azafrán que sí encarna la más absoluta victoria. ¿Alguien se atrevería a decir que el Dalai Lama, que la resistencia tibetana no han triunfado sobre la ignominia, sobre la opresión china más abusiva? ¿Hay alguien que no ponga ese mayúsculo ejemplo de firmeza y compasión, de coraje y resistencia no violenta en la cima de sus referentes?

Quizás esa victoria iba más de noche sin sirenas, de manos que no tiemblan junto al fuego, de villancicos sin estruendo... La "victoria total" puede incluso ser un terreno íntimo sin banderas en el que los humanos aprendemos a ser libres, por más que fuera se imponga la dictadura más cerrada. Por cierto, Zelenski ya ha recuperado para los derechos humanos y las libertades, para la valiente nación ucraniana, más del 85% de su legítimo territorio.