Somos un grupo de familias del colegio público de Infantil y Primaria Patxi Larrainzar de la Rochapea que estamos promoviendo que se mantenga la jornada escolar partida en la eskola. Una vez sabido que este curso se va a repetir la votación, este año también, tras haber votado el curso 2018-2019, el pasado, este y también volveremos a votar el año que viene, queremos aportar nuestros argumentos al debate y explicar por qué creemos que es mejor esta jornada para los txikis y las familias. Y nos vemos obligados a hacerlo por medios externos a la eskola, ya que la apyma no nos ha permitido el envío a las familias de toda la información que propusimos acerca de los beneficios de la jornada partida. Creemos que la información, siempre que sea respetuosa, beneficia y enriquece los procesos democráticos. Pero si se niega que a las familias les llegue otra información que no sea la de la continua, creemos que lo empobrece. Aquí exponemos nuestros argumentos a favor de la jornada partida en la eskola:

1. Por el aprendizaje de los txikis. Creemos que la jornada partida se ajusta mejor a los biorritmos de los niños. Existen estudios y expertos que concluyen que la jornada continua, con cinco horas seguidas de clase sin pausa suficiente, es contraproducente para el aprendizaje. Que el esfuerzo mental prolongado, sin tiempo de expansión, dificulta la concentración, afecta al biorritmo y desemboca con el tiempo en un mayor porcentaje de fracaso escolar. Existe además el riesgo de trasladar las tareas a casa, así como todo lo que no quepa en esas cinco comprimidas horas.

2. Por la igualdad. Consideramos que la jornada partida es mejor para la igualdad, tanto entre clases sociales como entre géneros.

Porque, para conciliar los horarios laborales con la jornada continua, es necesario que uno (o los dos progenitores) se reduzcan la jornada laboral. La realidad nos dice que son las mujeres las que lo hacemos de manera mayoritaria, perjudicando la progresión profesional y/o llevándonos a depender económicamente, al menos en parte, de la pareja.

Porque, aunque es verdad que la jornada continua da más libertad de cuándo recoger a los txikis, esto va en detrimento de la igualdad: está demostrado que, a menos tiempo en la escuela, más riesgo de que los niños de familias con menos capacidad económica y/o menos nivel cultural puedan seguir el ritmo escolar. Más riesgo de crear niños de primera y de segunda en el barrio. De quien puede pagar extraescolares a la carta y dedicar mucho tiempo a sus hijas/os y de quienes, por necesidad o carencias, no pueden hacerlo.

3. Por el riesgo de deterioro de la escuela pública. Sentimos que existe además un riesgo real de progresivo deterioro de la educación pública. Parece claro que la apuesta de las ikastolas concertadas (Jaso, San Fermín, Paz de Ziganda) es mantener la jornada partida, por lo que es muy probable que las familias con problemas de conciliación y con capacidad económica acaben eligiendo la escuela concertada. Esto favorece el aumento de la segregación y el riesgo de que cada vez menos niños acudan a la pública. Corremos el riesgo de cargarnos la escuela pública desde dentro.

4. Por hacer barrio y comunidad. Porque el que todos los alumnos salgan a la misma hora favorece que compartan patio o parque, favorece los lazos entre ellos y entre las madres/padres, creando comunidad, algo tan necesario en tiempos de tantas pantallas y tantos problemas de aislamiento en nuestros jóvenes.

5. Por el euskera. El que los txikis de la eskola pasen más tiempo juntos favorece que lo hagan usando el euskera como vehículo de comunicación. El salir a la vez, compartir patio y parque, hace que las posibilidades de que el euskera progrese en el barrio sean mayores.

6. Por el deterioro/encarecimiento del comedor y las extraescolares. Porque creemos que con la jornada continua puede ocurrir, como ya se ha comprobado los dos últimos cursos en los que la jornada continua ha estado impuesta por la pandemia, que cada vez menos txikis se queden a comer en el comedor, haciendo subir las cuotas a los que, por necesidad, se tengan que quedar. Con esto puede acabar peligrando la viabilidad de este servicio y haciendo que se tenga que despedir a trabajadoras. Porque, aunque existe el compromiso de que haya extraescolares gratuitas, la experiencia nos dice que en la mayor parte de las CCAA donde la continua lleva años implantada estas acaban por desaparecer.

Por todo ello, y porque creemos en la escuela pública y porque estamos encantados con todo lo que nuestros txikis aprenden, juegan y disfrutan en ella, pensamos que la jornada partida es la que mejor se adapta a ellos, a las familias y a la vida del barrio.

Firman esta carta: Raquel de Vicente Lacasia, Ibon Marcilla López de Dicastillo, Araceli Ruiz Malagón, Goizeder Lamariano Martín, Pablo Concepción Rodrigo, Peio Basail Izcue, Edurne Iraizoz Aguerri, Dabid Montorio Soria, Jesús María Mangado Ederra, Eva Sarasa Paisan, Marta Mateo Vitoria, Paulino Huarte Huertas, Ainhoa Hermida Blanco, Virginia Zabaleta Artazcoz, Aitziber Biurrun Zuasti, Rafael Sánchez Jauqui e Inmaculada Concepción Rodríguez, en representación del grupo de padres y madres de Patxi Larrainzar a favor de la jornada escolar partida