El Ayuntamiento de Pamplona no solo deniega el uso de la terraza a Laba contra la decisión de la Justicia administrativa.

Soy propietario del local comercial que ocupa Laba en Plaza del Castillo 2 y deseo informar de la lamentable experiencia vivida en este asunto frente a la prepotencia, desprecio y utilización torticera de los medios del Ayuntamiento para favorecer intereses privados despreciando los que a mi propiedad y a mi como ciudadano nos corresponden.

Desde marzo de 2022, vengo reclamando a través de distintos procedimientos (instancias, requerimientos, presencia en Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento, conversación en la vía pública con el alcalde, correos electrónicos, llamadas, comunicaciones a agentes de Policía Municipal…) para que la terraza que ocupa el bar Windsor, deje de invadir el espacio frente a mi local perjudicando su visibilidad y valor comercial. 

Me personé en las oficinas del Ayuntamiento y se me indicó que el responsable no podía recibirme y que escribiera un mail con mi reclamación. Así lo hice en dos ocasiones y sigo esperando respuesta, o tal vez la respuesta implícita es no vuelva usted nunca.

Según la Ordenanza municipal reguladora de terrazas, aprobada por el propio Ayuntamiento, en su artículo 10, dispone, que con carácter general el espacio de las terrazas coincidirá con la anchura del edificio en el que radica el establecimiento, y que con carácter excepcional si la anchura del edificio no admite la autorización de terraza, con permiso expreso y escrito del colindante podrá autorizarse la ocupación del espacio del local contiguo.

Nunca he autorizado la ocupación del espacio frente a mi local por el Windsor, y el Ayuntamiento sabe que me vengo oponiendo expresamente, luego esa ocupación es ilegal y pese a ello se permite que el Windsor realice una ocupación del espacio que correspondería a mi local, sin contar con autorización alguna, y encima en contra de mi criterio, voluntad e intereses. El interés público se vería además favorecido al poder contar el público con baños en condiciones legales y accesibles a personas con problemas de movilidad, cosa que no se cumple hoy y el Ayuntamiento es consiente. 

Toda esta aberración es consentida y ardientemente promovida por nuestro Ayuntamiento, en contra de lo que establece la Ordenanza. La situación me obliga a utilizar todos los medios legales disponibles para defender mis derechos. 

Tras meses en los que no recibí ninguna respuesta a mis solicitudes y escritos, me vi en la obligación de acudir al Defensor del Pueblo.

Cualquier persona puede acceder a través de la página web de la institución a la resolución que dictó el 10 de octubre de 2022 (Expte Q22/897) que, por supuesto, no ha sido atendida por parte del Alcalde de nuestra ciudad.

El Defensor del Pueblo, en el marco de sus funciones, hizo dos recomendaciones: de un lado, recordar al Ayuntamiento su inexcusable deber legal de tramitar las instancias que la ciudadanía presente, así como abrir en tiempo y forma los expedientes administrativos que correspondan y resolverlos en plazo, y de otra, recomendar al Ayuntamiento que la autorización de terraza que actualmente tiene el bar Windsor, debe ajustarse a la Ordenanza reguladora de terrazas, estando mal concedida.

El Ayuntamiento no se ha dignado contestarle al Defensor del Pueblo. ¿Cómo es posible un desprecio a una institución tan esencial en una democracia?. ¿Cuánto interés hay en defender el uso de la terraza por el Windsor para que desprecien así el dictamen del Defensor del Pueblo? Y, en definitiva, a una institución que existe para proteger a la ciudadanía en general.

Las instituciones y cargos públicos de una democracia deben respetar la Ley y la Justicia y no utilizar el poder para la satisfacción de sus fobias o intereses personales.

El autor es el administrador único de Norangoiz SL