Que levanten la mano
A estas alturas, quién no sabe lo que se siente cuando alguien a quien mucho se ama te abandona. Quién, cuando estando rodeado de mucha gente en la ciudad, no ha experimentado el frío helador de la soledad. Quién no sabe lo que es sentirte vacío estando lleno. Quién no sabe lo que es sentirse lleno no disponiendo de nada. Quién no ha sentido que todo le sobra. Quién no ha sentido que todo le falta. Quién, a lo largo de su vida, no ha sentido que solo una cosa es necesaria, pero que esa cosa es el todo. Quién no ha deseado que el tiempo pase rápido para volver al lado de quien se ama. Quién no se tragó su orgullo y rogó a quien se fue que vuelva. Quién no pidió perdón sin tener culpa. Quién no se traicionó a sí mismo ante un desprecio. Quién no se arrastró después de una humillación. Quién no tuvo que sobreponerse a una ofensa. Quién no tuvo que hacer de tripas corazón después de que le partieran en dos, de tener que irse muy lejos para olvidar, de tener que rehacerse por dentro, dejando atrás todo cuanto quería. A quién el dolor de una pérdida no le nubló la pasión que le daba sentido a su vida. Quién no abandonó su reinó por mendigar pan junto a su amor.