La ministra sueca de Educación ha dado carpetazo a la educación digital en los colegios de su país. Culpa a las pantallas de la capacidad de comprensión lectora según el último informe PIRLS. Su decisión se ve reforzada por el Instituto Karolinska, el cual determina que “toda la investigación del cerebro en niños no se beneficia de las enseñanzas basadas en pantallas”. Su decisión final es que esta ministra quiere ver más libros de texto y menos pantallas en las escuelas.
En nuestro país, el cual no ha sido digitalizada la educación, el informe PIRLS en capacidad de comprensión lectora, obtuvo 521 puntos, siendo la media de la UE de 528 y de 533 puntos el del conjunto de todos los países que participaron; Suecia obtuvo 542 puntos.
Sin duda, la ministra nórdica tiene algo de razón en la educación del primer ciclo, al ser necesaria la formación de la inteligencia humana, y para ello, los libros de texto son los adecuados. Lo que no se acaba de comprender es cómo en etapas posteriores no se introducen las pantallas, porque el cerebro humano también precisa de esta formación digital, en un mundo que está utilizando las tecnologías en el mundo laboral, económico y social.
¿Tiene sentido realizar la formación digital con libros? La ministra no habla de edades en este cambio del método educativo. Tal vez, lo que está desfasado el sistema educativo actual, porque con o sin pantallas, la citada capacidad de comprensión, así como los problemas de ortografía, son moneda común en niños, adolescentes y jóvenes, tanto en nuestro país, como en los de nuestro entorno.
Una vez más, el sistema educativo precisa de una transformación que hasta la fecha ninguna fuerza política quiere afrontar, con los problemas reales de educación en las nuevas generaciones, no solo en España, también en todo el conjunto europeo. Como siempre, se busca un culpable, sin ver el conjunto de problemas sociales de toda índole en el colectivo juvenil.