Ander Erro nos ha dejado
Un hombre bueno, justo, amigo y defensor de nuestra cultura nos ha dejado. Pero la muerte no ha salido victoriosa. Se ha ido después de despedirse de su familia y amigos, en la serenidad y en la paz de aquellos grandes hombres y mujeres que han conocido el amor y la estima, que han sido capaces de educar y transmitir a sus descendientes y alumnado el valor de la vida y de la verdad, de la bondad y de la generosidad.
Adiós, Ander. Te conocí en el Instituto Iturrama, tú trabajando como profesor de inglés en el modelo D, yo como profesor de francés en el mismo modelo. Ambos compartimos el mismo despacho. Nos llevamos bien desde el primer momento. Salíamos juntos a la hora del recreo hasta el bar La Espiga para tomar un café y un pincho. Compartíamos la responsabilidad de acoger a las lectoras de lengua francesa o inglesa para que su estancia en Pamplona fuese provechosa.
Allí conociste a tu esposa, profesora también de inglés. Padre de tres hijos y una hija, y orgulloso de ellos. De los mayores, por su desempeño profesional. Y de los más jóvenes por sus estudios artísticos en el campo de la música clásica y las Bellas Artes. Los cuatro, fieles transmisores del espíritu de su padre y madre. Abiertos, fieles a la cultura euskaldun y felices de tener un pueblo y una familia excepcionales.
Ander, jaso gure partetik estimua eta amodioa. Agur eta laster arte.