¡Pues claro!

Ahora va y resulta que en el Congreso de los Diputados de ¡España! se va a poder hablar en catalá, euskera y galego. ¡Ánde vamos a llegar! Estamos en España, y en España se habla el español, y sólo el español. Los demás lenguajes (porque en el mundo sólo hay un “idioma”, que es el español) no son aceptables en el Congreso de los Diputados de España, que -como su nombre indica- es de España. O, dicho de otro modo: el euskera, el catalá, el galego… (añadan ustedes el que quieran: el bable, la fabla, el valenciá, el aranés…) no son de España, no son españoles. Pues… ¡se lo compro! Eso significa que Galiza, Euskalerria, Catalunya, Aragón, Valencia, Asturias no son España. 

¡Por fin lo tenemos claro! España es una entelequia, un sueño de los Católicos que nunca ha sido una realidad, un empeño en hacer un mosaico de lo que sólo ha sido -y sigue siendo- un rompecabezas (un Estado-Frankenstein, que dirían ahora). Pues me alegro de que partidos políticos tan serios como el PP y Vox vengan a decir lo que yo ya decía hace mucho tiempo: si en las Cortes Generales de España sólo se puede hablar en español, es porque ese Congreso considera que sólo el español es idioma de España: los demás, no. O sea, que no somos España. ¡Se lo compro! ¡Pues claro!