Qué pena, qué lástima, qué paradoja, nacer para defender la foralidad y acabar siendo una sucursal local del Partido Popular. Y es que me remito a las palabras de Patxi López cuando el diputado socialista y portavoz del grupo en el Congreso de los Diputados se ha dirigido en el debate de investidura de Pedro Sánchez al grupo de los navarrísimos. Y espera, que no lo digo yo, que lo proclamaban ellos hace unos años en su slogan electoral. UPN (Unión del Pueblo Navarro) es, desde que ofrecieron su mano al Partido Popular y a Vox por consiguiente, un partido traidor con sus inicios.

Traidor es la palabra, pues si tu origen viene y rezuma en pro de la foralidad de la región, lo que es anecdótico, cuanto menos, es ofrecerte con gratuidad, y sin condición ninguna, a un pacto donde uno de los posibles puntos sería el fin del Estado de las Autonomías. Y sí, a la hemeroteca me remito otra vez cuando navego de nuevo hasta el programa electoral de Vox presentado de cara a los pasados comicios del 23 de julio. “Transformar el Estado autonómico en un Estado de Derecho unitario que promueva la igualdad y la solidaridad en vez de los privilegios y la división. Un solo gobierno y un solo parlamento para toda España”, citaba el partido de Abascal en su propuesta para su nueva España. Una idea que, lejos de acabar con las comunidades autónomas y con todo lo que ello conlleva, todavía profundizaba algo más en la cuestión que a UPN atañe. “Supresión del Concierto Económico Vasco y el Convenio Navarro y la incorporación de ambas regiones y sus diputaciones forales al Régimen Común”. ¡Sorpresa!, acabar con el carácter único que se le otorga a la Comunidad Foral de Navarra.

Ay, Alberto Catalán, que te han pillado con la ideología por los suelos. Qué pobre, qué le vamos a hacer, si bastante teníais ya con no conseguir un resultado decente en Navarra, como para que ahora paséis a ser el circo político nacional. Un partido que, efectivamente, pasó de ser el brazo de la derecha regionalista y crítica con los partidos de la derecha tradicional, a ser, pues eso, una mera sucursal local del Partido Popular.

La hemeroteca no engaña, y Alberto a sus electores parece que tampoco. Ni Alberto, ni Esparza, ni Toquero, no os vayáis a pensar que hablo solo del diputado regionalista (o por lo menos antes lo era). Unión del Pueblo Navarro es ya algo extinto, no en forma sino en carácter e ideología. ¿Qué novedades ofrece? Ya no hay foralidad en su criterio, tampoco una defensa de los derechos de Navarra. ¿Qué les queda? Ser un sucursal local del Partido Popular en Navarra.