Del PIB a la mesa
La carestía de la cesta de la compra sigue siendo un tema de preocupación, contribuyendo al alza significativa de los precios de los alimentos y productos básicos. En los últimos meses han experimentado subidas considerables, con productos como el aceite de oliva y la leche entera, aumentando en un 33,5% y 33,2%, respectivamente. Otros alimentos básicos como los huevos, las patatas y la harina han registrado incrementos entre el 21% y el 28%. También la fruta (+10% de media) y las verduras (+13% de media). Para la OCU han subido más de un 15% en los productos envasados y frescos, como carnes y pescados.
Esta espiral inflacionista se debe al aumento en los costos de producción y transporte, unido a la inflación general que está afectando a la economía española. Aunque la electricidad es un 38,3% más barata que hace un año, su precio se ha reducido tan solo en un 12,9%. Las medidas del ejecutivo, como la rebaja del IVA en ciertos alimentos básicos, no han logrado aliviar la presión sobre los consumidores.
Los hogares con niveles de ingresos bajos sufren una presión crucial a la hora de alimentarse. En esta noria alimentaria e inflacionista antes de la pandemia alrededor del 20% de los hogares experimentaron dificultades económicas. En 2024 ha pasado al 26,5% por esta espiral y carestía de la vida. No es cuestión de ideología, ni de bloques políticos, simplemente cada vez hay más ciudadanos que viven peor. ¿Hasta cuándo? Los brotes verdes del PIB no llegan a la mesa de muchos hogares.