Síguenos en redes sociales:

Muertos

MuertosPexels

Un negocio para el capitalismo y la Iglesia católica. Esquelas, flores, tanatorio, seguro de decesos, columbarios, misas, lápidas, sufragios, aniversarios... un dineral para acompañar el morir. La muerte objeto de mercado. Paradójicamente, no se habla de la muerte ni de las formas de morir, se esquiva la eutanasia, se esconden los muertos, se oculta la muerte a los niños, no hay currículum educativo que incluya la muerte, los cristianos obvian la espiritualidad joánica y practican la necrofilia y el neopaganismo. Todo es mentira salvo el dinero. Pero la muerte está, pero la muerte llega. No hay dinero para eludirla. En lugar de la necrofilia capitalista o católica, deberíamos empeñarnos y empeñarse los gobiernos en un aprendizaje existencial para la muerte con todo tipo de recursos psicológicos, educativos, psicosociales y económicos para aprender a bien morir y bien vivir. Vivir pletóricos y morir curados.

Habermas: “La esperanza perdida en la resurrección deja tras sí un sensible vacío”. Ese vacío pretende ser llenado con dinero, ostentación, liturgias hueras y ritos taumatúrgicos que desenmascaran la falacia y el servilismo de quienes los practican. No hay consuelo. No sabemos si hay resurrección -a la mayoría le es indiferente-. La única certeza es la muerte. Su incógnita nos consterna. No queremos morir.